
Desde la tarde del lunes 26 de septiembre de 1960, cuando el joven barbudo con uniforme guerrillero verde olivo subió al podio de la XV Asamblea General de las Naciones Unidas, el histórico discurso de cuatro horas del entonces Primer Ministro de Cuba, Fidel Castro Ruz, conserva plena vigencia pese a los 64 años.
Era la primera vez que el líder de una Revolución triunfante a solo 90 millas del imperio estadounidense denunciaría el injusto orden internacional, alertaría sobre las crecientes agresiones del gobierno de Washington contra Cuba y alzaría su voz a favor de los pobres y de la paz para todos.
Su intervención constituyó un anticipo de las acciones de la Revolución, tanto en el plano interno como en su proyección mundial y sus conceptos sobre muchos temas mantienen hoy plena vigencia, porque como dijo allí “¡tenemos el deber de preocuparnos por la suerte del mundo, y tenemos el deber de condenar a todos los que juegan irresponsablemente con la suerte del mundo!”.
Adelantándose a las actuales modalidades de campañas mediáticas orquestadas por Estados Unidos, insistió en que “es preciso que esta Asamblea (General de la ONU) quede muy bien informada sobre los problemas de Cuba porque nosotros tenemos que estar alertas contra el engaño y contra la confusión”.
Y puso como ejemplo, “unas declaraciones del señor Kennedy (John F.) que son como para asombrar a cualquiera. Sobre Cuba dice: Debemos usar toda la fuerza de la OEA para impedir que Castro interfiera con otros gobiernos latinoamericanos, y devolver la libertad a Cuba” …"Debemos dejar sentada nuestra intención de no permitir que la Unión Soviética convierta a Cuba en su base en el Caribe, y aplicar la doctrina de Monroe. ¡En plena mitad, o más de la mitad del siglo XX, este señor candidato (a la presidencia de Estados Unidos) hablando de la Doctrina Monroe! (de América para los americanos).
"Las fuerzas que luchan por la libertad en el exilio —préstese atención, para que luego comprendan por qué hay aviones que vuelan desde territorio norteamericano hacia Cuba; préstese atención a lo que dice este señor— y en las montañas de Cuba, deben ser sostenidas y ayudadas; y en otros países de América Latina debe mantenerse confinado el comunismo, sin permitirle que se expanda." “Si Kennedy no fuera un millonario analfabeto e ignorante, acotó Fidel antes de saber que luego siendo presidente auspiciaría la invasión a Cuba por Playa Girón, debería comprender que no es posible hacer una revolución contra los campesinos en las montañas apoyados en los terratenientes, y que cuantas veces el imperialismo ha tratado de fomentar grupos contrarrevolucionarios, en el curso de pocos días las milicias campesinas los han puesto fuera de combate”.
“Sin embargo, precisó luego, el caso de Cuba no es un caso aislado. El caso de Cuba es el caso de todos los pueblos subdesarrollados. El caso de Cuba es como el caso del Congo; como el caso de Egipto; como el caso de Argelia; como el caso de Irán occidental; como el caso de Panamá que quiere su canal; como el caso de Puerto Rico, al que le destruyen su espíritu nacional; como el caso de Honduras, que ve segregado un pedazo de su territorio; y, en fin, el caso de Cuba es el caso de todos los países subdesarrollados y colonizados”.
“Los problemas que describíamos sobre Cuba pueden aplicarse perfectamente a toda la América Latina. El control de los recursos económicos de América Latina por los monopolios, que cuando no son dueños directamente de las minas y se encargan de la extracción… es porque son dueños de los servicios públicos, de las compañías de servicios públicos”, y señaló que, “en interés de los pueblos de América Latina, nos sentimos en el deber de solidaridad de plantear que la ayuda debe ser sin supeditación a condiciones políticas. Inversiones públicas para el desarrollo económico, no para el "desarrollo social", que es lo último que se ha inventado para ocultar la verdadera necesidad del desarrollo económico”.
“¡Ah!, agrego Fidel, qué formidable sería nuestro mundo, hoy amenazado de cataclismos, si los delegados de todas las naciones pudieran decir igual: "¡Nuestro país no tiene ninguna colonia, ni tiene ninguna inversión en ningún país extranjero! Para qué darle más vuelta a la cuestión. Este es el quid de la cosa, incluso, el quid de la paz y de la guerra, el quid de la carrera armamentista o del desarme. Las guerras, desde el principio de la humanidad, han surgido, fundamentalmente, por una razón: el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas. ¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra! ¡Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso!”.
Y aclaró que “los imperialismos son todos iguales, y son todos aliados. Un país que explote a los pueblos de América Latina o de cualquier otra parte del mundo es aliado en la explotación de los demás pueblos del mundo”.
“La mano de los intereses colonialistas ha estado clara y evidente en el Congo y por lo tanto nuestra opinión es que se ha actuado mal, que se ha favorecido a los intereses colonialistas y que todos los hechos indican que el pueblo del Congo y la razón en el Congo están del lado del único líder, que se quedó allí defendiendo los intereses de su patria, y ese líder es Lumumba (Patricio)”, proclamó, y agregó que “estamos, pues, al lado del pueblo argelino, como estamos al lado de los pueblos sometidos al coloniaje que quedan todavía en África y al lado de los negros discriminados de la Unión Sudafricana y estamos al lado de los pueblos que desean ser libres, no solo políticamente, porque es muy fácil poner una bandera, un escudo, un himno y un color en el mapa, sino libres económicamente”.
“Nosotros queremos plantear aquí otro derecho, dijo Fidel, un derecho que ha sido proclamado por nuestro pueblo en reunión multitudinaria en días recientes: el derecho de los países subdesarrollados a nacionalizar sin indemnización los recursos naturales y las inversiones de los monopolios en sus respectivos países. Para que los países puedan ser verdaderamente libres en lo político, deben ser verdaderamente libres en lo económico, y entonces ayudarlos. Nos preguntarán por el valor de las inversiones y nosotros preguntamos por el valor de las ganancias, las ganancias que han estado extrayendo de los pueblos sometidos al coloniaje y subdesarrollados durante décadas cuando no, ¡durante siglos!”.
“Hay también una proposición del presidente de la delegación de Ghana, que nosotros deseamos apoyar. La proposición de que se libere al territorio africano de bases militares y por lo tanto de bases de armas nucleares; es decir, la proposición de liberar al África de los peligros de una guerra atómica”.
“Esa África que se yergue aquí con líderes como Kwame Nekruma y Sékou Touré, o esa África del mundo arábigo de Nasser, esa verdadera África, el continente oprimido, el continente explotado, el continente de donde surgieron millones de esclavos, esa África que tanto dolor lleva en su historia, con esa África tenemos un deber: preservarla del peligro de la destrucción, compensen en algo los demás pueblos, compensen en algo el occidente de lo mucho que ha hecho sufrir al África”, enfatizó Fidel, adelantando el apoyo que luego daría Cuba a la independencia de Angola, Namibia y erradicar el apartheid en África del Sur.
“La historia del mundo ha enseñado trágicamente que las carreras armamentistas han conducido siempre a la guerra; pero, sin embargo, en ningún minuto como este la guerra significa una hecatombe tan grande para la humanidad y, por lo tanto, nunca la responsabilidad ha podido ser mayor. la humanidad no debe ser jamás llevada a una hecatombe por intereses egoístas y bastardos!, la humanidad, nuestros pueblos, no nosotros, han de ser preservados de esa hecatombe, para que todo lo que el conocimiento y la inteligencia humana han creado no sirva para la propia destrucción de la humanidad”, fustigo Fidel en la ONU.
“¡Los guerreristas y los militaristas deben ser descubiertos y condenados por la opinión pública del mundo! Este es un problema que no le incumbe a minorías, le incumbe al mundo, y hay que desenmascarar a los guerreristas y a los militaristas, y esa es tarea de la opinión pública. Si nosotros los países subdesarrollados queremos tener una esperanza de progreso, queremos tener una esperanza de ver a nuestros pueblos disfrutando de un estándar de vida más alto, luchemos por la paz, y luchemos por el desarme, que con la quinta parte de lo que el mundo se gasta en armamentos se podía promover un desarrollo de todos los países subdesarrollados, con una tasa de crecimiento del 10% anual. ¡Con la quinta parte! Y podría elevarse, por supuesto, el estándar de vida de los países que gastan sus recursos en armamentos”, fundamento.
“Los colonialistas son enemigos del desarme. Hay que luchar con la opinión pública del mundo para imponerles el desarme, como hay que imponerles, luchando con la opinión pública del mundo, el derecho de los pueblos a su liberación política y económica. Son enemigos del desarme los monopolios, porque además de que con las armas defienden a esos intereses, la carrera armamentista siempre ha sido un gran negocio para los monopolios. Y, es de todos sabido que los grandes monopolios en este país duplicaron sus capitales a raíz de la Segunda Guerra. Como los cuervos, los monopolios se nutren de los cadáveres que nos traen las guerras. Y la guerra es un negocio. Hay que desenmascarar a los que negocian con la guerra”, dijo Fidel en el máximo foro.
“Queríamos hacer una consideración sobre el hecho de cómo surgen las Naciones Unidas. Surgen después de la lucha contra el fascismo, después que decenas de millones de hombres murieron. Y así, de aquella lucha que tantas vidas costó, surgió esta organización como una esperanza. Sin embargo, hay extraordinarias paradojas: cuando los soldados norteamericanos caían en Guam, o en Guadalcanal, o en Okinawa, o en una de las muchas islas de Asia, caían también en el territorio continental chino, luchando contra el mismo enemigo, esos mismos hombres a quienes se les niega el derecho a discutir su ingreso en las Naciones Unidas. Y, China representa una cuarta parte del mundo. ¿Qué gobierno es la verdadera representación de ese pueblo, de ese pueblo que es el mayor del mundo? Sencillamente, el gobierno de la República popular China”.
“Estamos, en fin, concluyó Fidel en 1960, con todas las nobles aspiraciones de todos los pueblos. Esa es nuestra posición. Con todo lo justo estamos y estaremos siempre: contra el coloniaje, contra la explotación, contra los monopolios, contra el militarismo, contra la carrera armamentista, contra el juego a la guerra. Contra eso estaremos siempre. Esa será nuestra posición”.