
Para participar en el XV Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, con sede en Nueva York, arribó a Estados Unidos el 18 de septiembre de 1960 el máximo líder del Gobierno Revolucionario Cubano, Fidel Castro Ruz, en una visita donde la prepotencia norteamericana marcaría la historia de ambas naciones.
Dirigentes de varias grandes potencias se pusieron de acuerdo para asistir al XIV período de sesiones de la Asamblea General, en la que también figuraban importantes personalidades del Tercer Mundo como Jawaharlal Nehru, Gamal Abdel Nasser, Kwame N’Krumah y Sekou Touré, entre otros.
Pero, con particular expectación se aguardaba en Nueva York al máximo líder de la triunfante Revolución Cubana, el entonces Primer Ministro Fidel Castro, a la cita en el palacio de acero y cristal de la ONU, a orillas del East River.
En un gesto de prepotencia y descortesía, desde su llegada al aeropuerto de Idlewild (ahora John F. Kennedy) donde fue recibido con alegría por un grupo de simpatizantes con banderas cubanas, el gobierno norteamericano informa la confinación de Fidel a la Isla de Manhattan, donde se encuentra la sede de la ONU, sin poder salir de esa delimitación.
La delegación cubana se alojó en el Hotel Shelbourne, cercano a las Naciones Unidas, donde rápidamente se congregaron miles de personas que querían ver a Fidel y el gerente del hotel intentó extorsionar a los cubanos exigiéndoles un depósito de 20 mil dólares por posibles daños, ante lo cual su respuesta, según relato de Raúl Roa Kouri fue inmediata.
"¡Son unos bandidos! ¡La ONU no debería estar en una ciudad donde no se respeta a las delegaciones que vienen a sus reuniones, donde no puede uno alojarse sin que traten de extorsionarlo!”, exclamó Fidel indignado y ordenó al capitán Antonio Núñez Jiménez salir a comprar tiendas de campaña para acampar en el jardín de las Naciones Unidas ya que no se podía vivir en el hotel.
“En la habitación, Fidel daba grandes zancadas de un lado a otro. Pidió al doctor Manuel Bisbé (Embajador de Cuba) que llamara al secretario general de la ONU, Dag Hammarksjöld, y le solicitara una entrevista urgente”, agregó Roa Kouri, para dejar constancia de nuestra protesta por el ofensivo tratamiento, y la necesidad de trasladar la ONU a un país civilizado, donde los jefes de Estado o Gobierno recibieran las cortesías debidas.
Fidel, mochila al hombro arriba a los jardines de la ONU y visita al Secretario General para protestar de los insultos y groserías de que es objeto. Ya el líder afroamericano Malcolm X había propuesto que se alojara en el Hotel Theresa, en el barrio negro de Harlem. Fidel acepta, se instala allí a las 11:30 de la noche del día 20 y desde una ventana saludó a los amigos de Cuba, la gente de Harlem.
En los alrededores del Hotel Theresa, donde lo reciben como Huésped Ilustre, una gran multitud se mantiene en sus alrededores y lo aclama con cariño y respeto. La conmoción mediática es mayor al recibir allí la visita del entonces primer ministro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Nikita Jruschov.
“Súbitamente, aquella instalación más bien pobre se convirtió en noticia de primera plana”, dijo Roa Kouri, y contó que sirvió de intérprete durante el encuentro de Fidel con el jefe del gobierno indio, el Pandit Nehru y su ministro de Defensa, Krishna Menon. “El discípulo de Gandhi, en atuendo característico, fue recibido al pie del elevador. Fidel agradeció su visita y apenado le dijo que no debía haberse molestado en ir hasta el hotel. Nehru respondió, con voz baja y grave: Quería tener el honor de estrecharle la mano a un héroe”, agregó.
El presidente egipcio, Gamal Abdel Nasser, junto a su ministro de Relaciones Exteriores, el doctor Mahmoud Fawzi, también acudió al Theresa. “Teníamos muchos puntos de contacto con la lucha antimperialista que libraba Egipto, tras la nacionalización del Canal de Suez; defendíamos idénticos principios: ambos apoyábamos resueltamente la lucha anticolonial de los pueblos africanos”, recordó Roa Kouri. “Similares, por lo fraternales, fueron las reuniones con Kwame N’Krumah (Presidente de la República de Ghana, político y filósofo panafricanista) y Ahmed Sékou Touré (Presidente de la República de Guinea desde su independencia en 1958 hasta su muerte). Este último visitaría La Habana el 13 de octubre, inmediatamente después de intervenir ante la Asamblea General”, comentó Roa Kouri.
En esa habitación del hotel Theresa, apuntó, “alrededor de 400 tarjetas constituyeron la única referencia escrita usada por Fidel en su magistral intervención ante la ONU, que mantuvo en vilo a centenares de delegados, invitados y miembros de la Secretaría (de la organización mundial), de pie en los pasillos, por más de cuatro horas”, pero ese será el tema de otro artículo.