Interviene Estados Unidos en Cuba para robarle el triunfo a los mambises.

Rapiña EEUU

El 21 de abril de 1898, hace 127 años, Estados Unidos decreta el bloqueo naval contra Cuba, que se inició el 22, y el 25 de ese mes le declara la guerra a España para impedir el ya cercano triunfo de las tropas mambisas contra el colonialismo español y robarle así su ya cercana independencia.
Para ello utilizaron el pretexto de la voladura en el puerto habanero del acorazado Maine, el 15 de febrero de ese año, que causó 260 marineros muertos pero ningún oficial, y el cual se considera la primera auto provocación de Washington para intervenir en otro país.
En ese momento, el imperio español contaba en Cuba con 200 mil soldados regulares de las tres armas, unos 100 mil voluntarios y guerrilleros cubanos al servicio español y un nutrido sistema de fortalezas, fortines y trochas que le daban relativa seguridad en las ciudades, especialmente en La Habana y Santiago de Cuba, pero la guerra en el terreno la tenían ya prácticamente perdida ante el empuje de las fuerzas mambisas.
Los expansionistas estadounidenses habían intentado infructuosamente en 1897 comprar a España la isla de Cuba por 300 millones de dólares, y ahora el deterioro de las fuerzas hispanas durante la guerra de independencia de los cubanos y la política de Reconcentración de Valeriano Weyler que provocó la muerte de más de 400 mil seres humanos, junto a la explosión del Maine, les dieron la ocasión esperada para intervenir militarmente e intentar obtener el apoyo de las tropas del Ejército Libertador.
La mejor arma del ejército estadounidense era su marina de guerra, cuyo núcleo principal eran siete acorazados modernos y un cuerpo de 13 cruceros protegidos, menores de 7,375 toneladas de desplazamiento, lo cual les daba superioridad naval, pues en total tenían 196 unidades de superficie contra 61 de España, y 410 piezas de artillería respecto a las 131 de los hispanos.
La mejor escuadra española era la del almirante Pascual Cervera, que no tenía montados sus cañones de grueso calibre, le faltaban proyectiles de otros sistemas y su blindaje estaba muy disminuido, razones por lo cual fue hundida tras cruenta batalla al intentar salir de la bahía de Santiago de Cuba para cumplir la orden de Madrid de reforzar a sus fuerzas en Filipinas. La guerra terminó dramáticamente con la destrucción del poderío naval español en las batallas navales de Cavite y Santiago de Cuba.
El gran estratega de la llamada Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana fue el Mayor General de las tropas mambisas Calixto García, el General de las Tres Guerras, quien expresó siempre su desacuerdo con entregar el mando supremo de las operaciones a los norteamericanos aunque acató la decisión del Gobierno Cubano en Armas, salvó del descalabro más de una vez a las tropas norteamericanas por la incompetencia de sus jefes, y a pesar de eso el mando interventor usurpó a sus tropas la victoria final y no le dejaron entrar en Santiago de Cuba.
La guerra se extendió entre el 25 de abril y el 12 de agosto de 1898, durante tres meses y 17 días. Significó para Estados Unidos el inicio de su fase imperialista y retomar sus viejos anhelos de dominación mundial. España perdió gran parte de sus posesiones coloniales: Cuba, Puerto Rico, las islas Filipinas y las islas de la Micronesia. 
A juicio de historiadores, “para los criollos la guerra ―aún bajo la intervención militar estadounidense― fue de liberación nacional. Solo por esta razón se les brindó ayuda a los estadounidenses. El Ejército Libertador y el de los Estados Unidos quedaron aliados por las operaciones militares contra un enemigo común, (el ejército español) pero estaban distanciados por las contradicciones políticas y la actitud despreciativa de los jefes militares estadounidenses”.
Muestra de ello fue que las tropas estadounidenses al mando del Mayor General William Rufus Shafter impidieron que los cubanos hicieran uso del derecho a entrar en la ciudad de Santiago de Cuba, ganado con 30 años de duros sacrificios y necesidades. El Mayor General Calixto García días después, le envió una carta de protesta al general Shafter donde realza la moral y el derecho de las armas cubanas al disfrute de su victoria y tener el derecho a dirigir nuestros destinos, como parte del conglomerado de naciones libres.
Para los cubanos fueron causa de deshonra nacional la frustración del ideal independentista, proyectado por José Martí en el Manifiesto de Montecristi, y el posterior surgimiento de una República Mediatizada en 1902 subordinada a los intereses de Estados Unidos, con la obligación de soportar el chantaje de la presencia de una Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo como una enmienda constitucional obligatoria para obtener su “independencia”.
La verdadera independencia sólo se lograría hasta el 1 de enero de 1959, cuando los nuevos mambises convertidos en el Ejército Rebelde sí entraron a Santiago de Cuba y retomaron para Cuba los ideales martianos.

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