A 65 años de la confirmación por Fidel de la desaparición de Camilo

camilo

Era la noche del 12 de noviembre de 1959, hace 65 años. Todo el pueblo cubano estaba expectante ante los televisores o la radio en espera de la información del Comandante en Jefe Fidel Castro sobre la intensa búsqueda por aire, mar y tierra del comandante Camilo Cienfuegos, desaparecido desde que su avión partió de Camagüey el 28 de octubre.
La búsqueda comenzó inmediatamente tras no llegar a La Habana el avión bimotor de las Fuerza Aérea Revolucionaria, marca Cessna 310 número 53, que había salido del aeropuerto de Camagüey a las seis de la tarde del día 28 de octubre piloteado por el primer teniente Luciano Fariñas, en el que viajaba Camilo con el soldado Félix Rodríguez como escolta.
Cuando ya no restaba ningún pedazo por explorar de Cuba y de las islas, cayos e islotes que integran el archipiélago, cuando ya las posibilidades de encontrar a Camilo, Luciano y Félix se tornaron nulas, fue que Fidel compareció en el programa televisivo Ante la Prensa, en cadena nacional de radio y televisión, para informar al pueblo la dolorosa noticia. Solo entonces, el pueblo comenzó a creer la inevitable desaparición del Héroe de Yaguajay, el piloto y su escolta personal.
La intensa búsqueda del avión de Camilo se prolongó 15 días, durante los cuales se registraron unas cien mil millas en todas las direcciones posibles. Pilotos experimentados dijeron que era posible que un avión abatido por una tormenta llegara a tomar un rumbo equivocado y su piloto, aunque dotado de gran experiencia, llegara a caer en lugares muy distantes y fuera de todo cálculo.
Hacia ese día un tiempo bastante malo. Era el Cessna 310 un avión con combustible para cuatro horas, pero en su último viaje cuando parte hacia La Habana le quedaban tres horas de combustible, pues no repostó en Camagüey al regresar de Santiago de Cuba y se desconoce por qué no lo hizo.
Es probable que el piloto o el propio Camilo pensara que tres horas eran suficientes para llegar hasta La Habana, distante dos horas de vuelo y teniendo una más de margen para sortear cualquier dificultad. Pero el aparato iba expuesto a los riesgos de faltarle gasolina en caso de tener que alejarse demasiado de la costa, luchar contra el mal tiempo o tener que regresar.
Ese 28 de octubre “todo indica que un área de turbonadas en la costa norte, entre Ciego de Ávila y Matanzas, le jugó una mala pasada al Cessna donde viajaban el Señor de la Vanguardia, Luciano y Félix. Tales condiciones meteorológicas pudieron ocasionarle algún accidente, ocurrido en un punto al norte de Camagüey, Las Villas o Matanzas”, publicó el diario Revolución el 30 de octubre.
Al día siguiente, la primera plana del órgano del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) titulaba en primera página: “Preocupación por la suerte de Camilo, 65 horas perdido”; “Escudriñarán zona por zona. Actúa Fidel personalmente”, y el propio diario el 2 de noviembre afirmaba a cinco columnas “Seguiremos buscando: Fidel”.
La noche del 2 de noviembre, el jefe de Operaciones de la Fuerza Aérea Rebelde informa que hasta ese momento se han peinado 100 000 millas del territorio nacional, recorriéndolo en vuelos casi a ras del suelo, en distintas direcciones y aún no aparecía Camilo. La Fuerza Área Revolucionaria dividió la Isla en 25 zonas que se registrarían de manera minuciosa. Fidel dirigió personalmente la búsqueda en la que participaron unos 70 aviones, mientras que el mar era surcado por numerosas embarcaciones pesqueras intentando avistar la aeronave perdida, y por tierra civiles y militares recorrían la Isla de norte a sur en su búsqueda.
En el avión Sierra Maestra iban Fidel y el padre de Camilo Cienfuegos. Su piloto, el capitán Lázaro Claudio Moriña, relataba tiempo después: “El Comandante en Jefe era mi copiloto. Nos acostábamos bien tarde en la madrugada y él se levantaba más temprano que yo. Fidel no comía, no tomaba agua, a veces un poquito de vino y yo ni eso, porque él decía que yo estaba piloteando, además, cómo yo iba a comer si él no lo hacía, todos corríamos la misma suerte”.
Nadie en Cuba perdía las esperanzas de que Camilo apareciera de un momento a otro. Todo el pueblo de las zonas costeras se incorporó a su búsqueda. Las actividades culturales del país fueron suspendidas por la angustiosa desaparición de Camilo y sus compañeros. Reinaba un clima de incertidumbre por el profundo cariño del pueblo al comandante que dirigía entonces el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
El 4 de noviembre los enemigos de la Revolución, con el propósito evidente de crear un estado de confusión y alarma en la ciudadanía, se burlaron vergonzosamente de los sentimientos populares haciendo rodar la falsa información de que Camilo Cienfuegos y sus acompañantes habían aparecido.
En su intervención pública el día 12, el jefe de la Revolución denunció que la malvada acción de divulgar la noticia de que Camilo había aparecido, formó parte desde el primer momento de una campaña y conjura desvergonzada, a la cual no eran ajenos determinados elementos en el país.
Los días 6 y 7 de noviembre es interrumpida temporalmente la búsqueda de Camilo, debido al mal tiempo reportado en toda la costa norte de las provincias occidentales. Los días del 8 al 11 de noviembre la búsqueda por aire, mar y tierra continúa y Fidel no ha dejado de participar en ella. Hasta la mañana del jueves 12, la Fuerza Aérea Revolucionaria mantiene la exploración
Al concluir la noche de ese día su información al pueblo, Fidel dice que es probable que Camilo no aparezca y que teníamos que resignarnos a esa idea; pero frente a eso, había que tener la seguridad de que va a estar siempre presente entre nosotros y el consuelo de que en el pueblo hay muchos Camilo.
A las cinco de la tarde del 15 de noviembre de 1959 se depositaron ofrendas florales en alta mar y en todas las costas de Cuba en memoria de Camilo Cienfuegos. Desde el parque Martí, en La Habana, partió una gigantesca manifestación, portadora de las ofrendas, hasta el espigón del puerto. Este hecho es el antecedente de una de las más arraigadas y hermosas tradiciones del pueblo cubano: la de arrojar al mar «Una flor para Camilo» cada 28 de octubre, en recuerdo del inolvidable héroe.
 

Compartir:

Añadir nuevo comentario