
Desde la introducción en Cuba de las computadoras personales de mesa, hace poco más de 20 años, su presencia y uso en las organizaciones del país se ha incrementado notablemente. En estos momentos, al disponer dichas organizaciones de las llamadas tecnologías de la informa
ción y las comunicaciones, una parte sustancial, en muchas ocasiones decisiva en la gestión exitosa de dichas entidades, se apoya en el uso eficiente y oportuno de estas herramientas. Por otra parte, en los últimos treinta años se han realizado numerosos estudios, teóricos y prácticos, acerca de hasta qué punto la cultura de una organización, modera las relaciones entre sus procesos organizacionales, y su desempeño, y este último depende en una creciente medida del buen uso de las tecnologías de la información y la comunicación en dichas organizaciones.