Recuerdos de cuando el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear

Crisis de Octubre

Han pasado ya 63 años, octubre comenzaba en 1962 con los preparativos en toda Cuba para enfrentar una agresión militar directa de Estados Unidos, cuyo presidente John F. Kennedy preparaba una revancha de la humillante derrota sufrida en Playa Girón por su invasión mercenaria.
En abril de ese mismo año la Asociación de Jóvenes Rebeldes se convirtió en su primer Congreso en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y cuatro meses después, en agosto de 1962, se creó la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) a cuya primera dirección nacional electa tuve el honor de pertenecer.
En los primeros dos meses después de su creación decenas de miles de estudiantes secundarios se movilizaron a tareas agrícolas, incluyendo la recogida de café en las montañas de Oriente, mientras el panorama internacional se complicaba a niveles sin precedentes con la amenaza de una invasión directa de Estados Unidos a nuestra Patria, la cual se venía preparando 
Ese objetivo fue conocido desde mediados de 1962 por la inteligencia cubana y la de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y, al considerar los dirigentes soviéticos que Cuba no sería capaz de resistir una agresión militar directa de Estados Unidos, le propusieron emplazar en la Isla un contingente de sus tropas, con cohetes nucleares de alcance medio capaces de cubrir el territorio de Estados Unidos como elemento de disuasión , para impedir la agresión, pues ya no sería contra Cuba, sino una confrontación directa con la URSS.
La máxima dirección cubana estuvo de acuerdo y comenzó a llegar a Cuba desde finales de junio y en julio una división equipada con cohetes nucleares de alcance medio e intermedio. El 9 de octubre el presidente Kennedy ordenó incrementar los vuelos de aviones U-2 sobre Cuba, para obtener evidencias fotográficas y el 15 de octubre identificaron en los alrededores de San Cristóbal emplazamientos de cohetes de alcance medio, lo cual modificó el consenso existente en Washington a favor de una acción militar contra Cuba, cuando desconocían que, de producirse, elevaría el riesgo al de una guerra nuclear mundial.
Al declarar el país en Pie de Guerra, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz ordenó una movilización general para preparar la respuesta a una probable invasión militar en gran escala y todos los organismos nacionales distribuyeron sus cuadros de dirección por las distintas provincias con tareas concretas.
Al que suscribe le correspondió por la UES preparar la resistencia estudiantil en la provincia de Matanzas, y viajar allá de inmediato junto al miembro del Buró Nacional de la UJC y responsable estudiantil nacional Miguelito Rodríguez, ya fallecido. Ese viaje a fines de la tarde causo una impresión imborrable al ver la carretera cortada por numerosas zanjas para impedir el paso eventual de tanques, numerosos puntos de control de tropas armadas, y desvíos en los puentes al haber sido minados para impedir el fácil desplazamiento de tropas hacia la capital.
A Matanzas llegamos de noche y allí nos esperaba el entonces presidente provincial de la UES, Carlos Quintana, con quien nos incorporamos de inmediato al Puesto de Mando dirigido entonces por el comandante Jorge Sarguera, quien orientó desmovilizar de forma organizada a los estudiantes en la agricultura y preparar en los centros estudiantiles varias fábricas de cocteles molotov, los que se distribuirían a los distintos municipios y poblados.
En un viejo jeep de la familia de Quintana recorrimos todos los centros donde estaban los estudiantes movilizados, a los que orientamos regresar a sus viviendas e incorporarse de inmediato al instituto de segunda enseñanza donde estaban acuartelados decenas de estudiantes trabajando permanentemente en la fabricación de cocteles explosivos.
A fuer de sinceros nadie podría decir que vivió estos tiempos sin preocupación, mucho más que entonces teníamos apenas 16 años, pero también es justo decir que los estudiantes no teníamos tiempo de sentir miedo pues las 24 horas de cada día se empleaban en fabricar los cocteles molotov y entregarlos a las fuerzas armadas para preparar la resistencia popular, y que la confianza en Fidel era superior a cualquier temor pues estábamos reviviendo el deseo de cada uno de defender la Revolución que no pudimos hacer antes por la edad.
El 26 de octubre se incrementaron los vuelos rasantes de aviones de Estados Unidos, lo que aumentaba el peligro de un golpe aéreo sorpresivo. Fidel tomó la decisión de que se disparara a todo avión que violara el espacio aéreo cubano a partir del día 27. Ese mismo día fue derribado un avión U-2 que había violado el espacio aéreo y volado a lo largo de la Isla, pereciendo el piloto.
Esa misma tarde, en Washington, se entregaba una carta del premier soviético, Nikita Jruschov, para el Presidente Kennedy, en la que planteaba: "Si se dieran aseveraciones del Presidente y del Gobierno de los Estados Unidos, de que ese país no participará en la invasión a Cuba e impedirá a otros que realicen actos similares y si ustedes retiran su flota, esto cambiaría de inmediato (...) Entonces cesaría la cuestión sobre el armamento, ya que si no hay amenaza el armamento es una carga para cualquier pueblo".
Kennedy finalmente envió a Jruschov un mensaje de respuesta, considerando aceptable la propuesta “si ustedes retiran estos sistemas de armamento de Cuba, bajo la adecuada inspección por la ONU, y se comprometen, con las debidas garantías, a no introducir, en lo sucesivo, armamento de esta clase, por nuestra parte nos comprometemos (...): a) a levantar rápidamente el bloqueo; b) a dar garantías de que Cuba no será invadida”. 
Cuando la dirección cubana supo del acuerdo, hecho sin consultarlos, manifestó de inmediato su inconformidad, pues la garantía de la palabra del Presidente norteamericano tenía muy poco valor en la experiencia cubana. El Comandante en Jefe Fidel Castro planteó sus conocidos “Cinco Puntos”, que incluían el cese del bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económicas que ejercen los Estados Unidos contra Cuba, el cese de todas las actividades subversivas, lanzamientos y desembarcos de armas y explosivos por aire y mar, organización de invasiones mercenarias, infiltración de espías y sabotajes, las violaciones del espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos, la retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por Estados Unidos. Los gobernantes norteamericanos se negaron a hablar sobre los cinco puntos. 
El martes 30 de octubre U Thant, Secretario General interino de la ONU, viajó a La Habana para entrevistarse con Fidel Castro. En sus conversaciones quedaron delineadas las posturas firmes de Cuba en cuanto al necesario cumplimiento de los cinco puntos planteados por Fidel. Se reiteró que no permitirían ninguna inspección en territorio cubano para verificar la retirada de los cohetes pues Cuba no había violado ninguna ley internacional, y, en cambio, Estados Unidos sí lo había hecho y nadie controlaría el cumplimiento de su palabra de no invadir a Cuba. 
Las posiciones y planteamientos de U Thant en torno a la Crisis de Octubre influyeron en que el gobierno de Estados Unidos evitara una discusión amplia en la ONU sobre ella. Por concesión de los soviéticos la salida de los cohetes fue verificada en el mar, fuera de aguas jurisdiccionales cubanas. 
En la Isla se cerraba este capítulo heroico, donde la firmeza del pueblo cubano dispuesto a arriesgar su propia vida bajo el liderazgo de Fidel en defensa de su soberanía se recuerda siempre en el mundo. Comenzaba luego la desmovilización de los estudiantes, como parte del pueblo.

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