Raúl Roa denunció desde hace 63 años las agresiones de Estados Unidos

Raúl Roa

Desde hace 63 años, el 19 de julio de 1960, el Canciller de la Dignidad, Raúl Roa García, denunció ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas las agresiones de Estados Unidos a Cuba y reafirmó el pleno derecho de su país a acudir a ese órgano y a cualquier tribuna para defender la soberanía nacional.
Roa, primer canciller del Gobierno Revolucionario desde el 12 de junio de 1959 y que desempeñó ese cargo hasta 1976, impregnó su estilo combativo a la diplomacia revolucionaria cubana, le insufló su energía vital, su brillante y potente intelecto y, sobre todo, la pasión revolucionaria en su trabajo creador.
El sobrenombre de Canciller de la Dignidad lo ganó en San José, Costa Rica, a finales de agosto de 1960 durante una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) al estar convencido de que las denuncias de Cuba sobre la inminente agresión de la CIA nunca encontrarían eco, resonancia ni acogida.
En ese escenario, Roa se paró del escaño, pidió la palabra para una cuestión de orden y anunció la retirada de su delegación: “Me voy con mi pueblo y con mi pueblo se van también los pueblos de nuestra América”, afirmó y abandonó el salón junto a su delegación para ser recibido en el exterior por una multitud que coreaba ¡Cuba sí, yanquis no!
La etapa de Roa como Canciller se desarrolló durante la política mundial de Guerra Fría, con una situación internacional de equilibrio de poder dada por la existencia del bloque socialista y, de manera muy particular por el poderío alcanzado por la Unión Soviética, junto al auge alcanzado por los movimientos de liberación nacional que trajo consigo la independencia de muchos países del Tercer Mundo sometidos hasta entonces al yugo colonial.
Como ministro, Roa estaba pendiente del chofer que no cobraba por insuficiencias burocráticas, de la trabajadora ingresada en un hospital, de las medicinas que requería alguien o la nieta de alguien. Su sentido del humor le granjeaba la simpatía de todos y generó una serie de fabulaciones y leyendas. A un embajador foráneo que no cuidaba el protocolo en el vestir, lo recibió en camiseta y le espetó: «La próxima vez que usted venga en mangas de camisa, lo recibiré en calzoncillos».
En su papel de ejecutor de la política exterior de la Revolución Cubana, llevó a todos los confines del mundo la voz de una Cuba independiente, de un país que había dejado de ser sometido a las posiciones de Estados Unidos y del mundo desarrollado, para transformar su anterior actitud plegada a los intereses yanquis en una política de principios.
Roa fue artífice de la integración de Cuba al Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) desde su fundación. Cuba formaba ya parte del bloque socialista, su aliado natural, pero su luz larga en materia política aconsejó nuestra incorporación a dicho movimiento, desde donde podíamos denunciar la situación de Cuba y apoyar y defender los problemas del Tercer Mundo con fuerza propia, pues constituía un escenario más donde contrarrestar el agravamiento de las relaciones internacionales y la amenaza del imperialismo de recurrir a la fuerza militar para intentar resolver los conflictos en los países del Tercer Mundo.
Su batalla diplomática más destacada lo fue, sin duda, el debate en la ONU durante el ataque a Playa Girón, en el que hizo gala de todo su talento, habilidad y maestría para denunciar la criminal agresión: "Yo acuso, solemnemente al Gobierno de los Estados Unidos ante la Comisión Política y de Seguridad de las Naciones Unidas y la conciencia pública internacional, de haber desatado contra Cuba una guerra de invasión para apoderarse de sus recursos, tierras, fábricas y transportes y retrotraerla a su oprobiosa condición de satélite del imperialismo norteamericano".
Y sentenciaba: "Un clamor unánime estremece hoy a toda Cuba, resuena en nuestra América y repercute en Asia, África y Europa. Mi pequeña y heroica Patria está reeditando la clásica pugna entre David y Goliat. Soldado de esa noble causa en el frente de batalla de las relaciones internacionales -se autoproclamaba- permitidme que yo difunda ese clamor en el severo areópago de las Naciones Unidas. ¡Patria o Muerte!, ¡Venceremos!".
El debate continuó hasta el día 20 de abril de 1961 cuando dio a conocer el Comunicado Oficial del Gobierno cubano informando la aplastante derrota de las fuerzas mercenarias en las trincheras de las arenas de Playa Girón
Roa llevó a los foros internacionales su estilo de agitador político de los años 30, el estilo de la barricada estudiantil, apertrechada por una amplia cultura y un profundo conocimiento del drama de los pueblos.
Murió el Canciller de la Dignidad el 6 de julio de1982, el pueblo cubano le rindió tributo en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y las nuevas generaciones de diplomáticos se forman con el ejemplo de su vida y obra.

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