
Concluye el 2022, un año muy duro, de grandes limitaciones generadas por el recrudecimiento de las medidas de bloqueo a Cuba y los efectos que ha dejado al mundo la pandemia de COVID19; comienza otro con grandes desafíos para lograr la prosperidad y eficiencia que demanda el país.
La aprobación de nuevas leyes por el Parlamento Cubano, medidas decretadas por el gobierno para impulsar la empresa estatal socialista como principal impulsora del desarrollo, la productividad agropecuaria, el desarrollo de las nuevas micro, pequeñas y medianas empresas e impulsar el crecimiento del sector privado y cooperativo de la economía, han impuesto su estudio a profundidad por todo el Sistema Nacional de Auditoría y Control.
El objetivo siempre presente en nuestro trabajo de promover una cultura de control y prevención en las administraciones, fortaleciendo la conducta ética, sistemas de control participativos y rendiciones de cuenta transparentes, cobra este 2023 una importancia decisiva para el progreso del país.
Combatir la corrupción en todos los niveles; el desvío de los recursos asignados a las entidades estatales para sus actividades; detectar y corregir la ineficiencia que en ocasiones sirve para encubrir actos delictivos, agravar las dificultades alimentarias y aumentar la inflación por la especulación, son tareas permanentes. Pero, en tiempos de austeridad y de los aun limitados ingresos en divisas que aporta el turismo y las exportaciones, esa batalla resulta vital para que la población sienta los beneficios del enorme esfuerzo que realizan las autoridades en el país.
Para lograr lo anterior, sigue siendo necesario mantener el perfeccionamiento del nivel técnico y profesional de los auditores y supervisores, e impulsar la introducción de la ciencia y la informatización en los procesos de control, investigación y análisis que hace la Contraloría General de la República (CGR) en todos sus niveles, tal y como se expresara en la reciente Rendición de Cuenta al pueblo en la ANPP.
En particular, el control de la ejecución del presupuesto cobra este año una importancia mayor que la que siempre ha tenido, pues el país ha hecho un tremendo esfuerzo para priorizar sectores como la salud y la educación en la distribución de los limitados recursos estatales, lo cual demanda que las entidades productivas y de servicios utilicen adecuadamente los fondos asignados y promuevan iniciativas para aumentar las exportaciones.
Las Normas Cubanas de Auditoría, homologadas con las normas internacionales y el Código de Ética, brindan un instrumento adecuado para las acciones de control, que junto al completamiento de las plantillas de auditores, constituyen la clave para el trabajo preventivo, en apoyo a la responsabilidad y gestión administrativa.
Como expresara la Contralora General en la pasada sesión del parlamento: "Falta mucho por hacer, estamos dispuestos y comprometidos a centrar los principales esfuerzos en incrementar, de manera progresiva y sostenida, el completamiento y estabilidad del personal; continuar elevando la preparación de los auditores, realizar investigaciones y estudios de temas relevantes, mantener y desarrollar los valores éticos que caracterizan a los
profesionales de esta digna profesión; y contribuir al logro de una cultura de control y prevención en las administraciones, sustentada sobre la base de un adecuado sistema de control interno, que armonice e integre los diversos procesos y genere capacidades para enfrentar la dinámica que se requiere, con el objetivo de obtener mayor eficiencia y eficacia en su gestión, con la voluntad de continuar aportando al empeño de lograr la
nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible que aspiramos.
Viva el 64 aniversario del triunfo de la Revolución!
Viva Cuba!
Viva Fidel!
Continuar avanzando en el empeño de la informatización de operaciones y procesos internos y en su etapa más avanzada, la transformación digital, en un ambiente de ciberseguridad razonables, como única forma de contribuir a la eficiencia y eficacia en la gestión del Órgano.