Pablo de la Torriente hace 89 años marcho a España a combatir el fascismo

Pablo de la Torriente

El 6 de agosto de 1936 Pablo de la Torriente Brau anunció su decisión de partir a España desde su exilio en Nueva York para sumarse a la lucha contra el fascismo, y escribió: “He tenido una idea maravillosa; me voy a España, a la revolución española, en donde palpitan hoy las angustias del mundo entero de los oprimidos”.
Luego de año y medio en Nueva York en un exilio forzado por la feroz persecución de la dictadura de Gerardo Machado, en septiembre de ese año partió hacia España para integrarse a la lucha en defensa de la República Española, contra los elementos representativos del fascismo y la monarquía. 
Pablo fue un combatiente internacionalista de primera línea, donde no solo combatió, sino que dejó valiosas crónicas periodísticas y cartas acerca de sus experiencias como revolucionario en la contienda española, donde dejó, con su vida, el recuerdo imperecedero de su ejemplo. 
Nació en San Juan de Puerto Rico el 12 de diciembre de 1901, aunque creció y vivió en Cuba, donde se formó, inició y desarrolló su actividad como luchador antidictatorial y antiimperialista.   Murió combatiendo el 19 de diciembre de 1936, a los 35 años, en las afueras de Madrid en defensa de la República Española, en cuyas filas realizó una tarea multifacética como periodista, comisario político y combatiente.
Este joven portorriqueño-cubano fue un líder revolucionario y un intelectual reconocido como el mayor cronista de su época. A través de sus crónicas, reportajes y entrevistas Pablo renovó el lenguaje periodístico. Participó activamente en la campaña para exigir la libertad de Julio Antonio Mella cuando su famosa huelga de hambre. Fue herido en La Habana cuando los sucesos del 30 de septiembre de 1930; cultivó estrecha amistad con Rubén Martínez Villena; denunció desde las páginas del periódico Ahora la explotación sufrida por los campesinos del Realengo 18 y, desde su etapa de exilio en México, el asesinato de Antonio Guiteras y Carlos Aponte. 
La vida de Pablo de la Torriente Brau transcurrió, intensa y apasionante. Como consecuencia de sus luchas fue perseguido, encarcelado y sufrió el exilio; y es a partir de esas experiencias personales que escribe gran parte de su obra periodística, que inicia en 1920 y llegó a ser uno de los más altos exponentes del periodismo cubano en el siglo XX. 
Hijo del matrimonio de Félix de la Torriente Garrido (España) y Graciela Brau Zuzuarragui (Puerto Rico), era el único varón en una familia de cuatro hermanas. En 1909 realiza estudios primarios en el oriente cubano en las Escuelas Internacionales de El Cristo y continúa la segunda enseñanza en 1915 en el Colegio Cuba, y luego en el Instituto de Santiago de Cuba.
Pablo es considerado por muchos estudiosos el padre del género testimonio en Cuba, y sus libros conservan la frescura y la fuerza a pesar del paso de los años, “al que incorporó de forma creadora y auténtica sus vivencias personales en la lucha revolucionaria de Cuba y las ricas formas del lenguaje popular denunciando los crímenes del gobierno de Gerardo Machado y, posteriormente la condición de injusticia de la vida republicana en el país”.
Su obra narrativa en novela y cuento son también representativas de la vanguardia cubana. En ellas incorporó la riqueza del habla popular y la agudeza del humor para entregar vigorosos y trascendentes temas humanos.
Se inició en el periódico El Nuevo Mundo y en la Revista El Veterano en 1920, como redactor, cobrador, repartidor y agente de publicaciones. Luego en la Revista Alma Máter y Revista de la Habana en el año 1930, mantuvo un activo trabajo periodístico. Tuvo una importante participación periodística en el periódico Ahora, desde donde cubrió importantes eventos como el proceso de depuración de la Universidad en el año 1934, además de dar a conocer el asesinato de Ivo Fernández y Rodolfo Fernández, por lo cual posteriormente tiene que exiliarse.
Integró el Directorio Estudiantil Universitario creado en 1930 para luchar contra el tirano Gerardo Machado. Resultó herido en la manifestación del 30 de septiembre y dos meses después, el 30 de noviembre, participó en otra manifestación, en la cual fue hecho prisionero y encarcelado varios días, lo que lo obligó a pasar a la clandestinidad cuando lo soltaron. 
En enero de 1931 fue detenido junto a los principales dirigentes del Directorio Estudiantil durante más de tres meses, y posteriormente pasaría alrededor de un año preso en el llamado Presidio Modelo de Isla de Pinos. De esa primera experiencia publicó su reportaje titulado “105 días preso”, y de la segunda: “Presidio Modelo o La Isla de los 500 asesinatos”.
Otras obras destacadas son “Realengo 18”; las crónicas Reivindicación de Emilio Salgari, Hombres de la revolución, Cuatro muchachas y En el parapeto, así como los cuentos El héroe (1928, y publicado el 14 de julio de 1929, en el Suplemento Literario del Diario de la Marina), Batey (1930), y Asesinato en la casa de huéspedes. Son muy conocidos en el mundo también su ensayo Álgebra y política y su novela Aventuras del soldado desconocido cubano.
En la Guerra Civil Española Pablo de la Torriente fue corresponsal de varias publicaciones de América Latina y Estados Unidos, y allí escribió las crónicas recogidas posteriormente bajo el título de “Peleando con los milicianos”.
Como Comisario Político de un batallón de las Brigadas Internacionales que se unieron a la República Española en su pelea contra el fascismo murió combatiendo en Majadahonda, España, el 19 de diciembre de 1936, durante la heroica defensa de Madrid. 
Su intensa vida revolucionaria y su obra periodística y literaria, constituyen un legado histórico para las nuevas generaciones.

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