
El Poeta Nacional de Cuba Nicolás Cristóbal Guillén Batista nació en la ciudad de Camagüey hace 122 años, el 10 de julio de 1902. Vivió una intensa vida cultural y política y murió en La Habana a los 87 años, el 17 de julio de 1989, dejando una extensa obra publicada y reconocida ampliamente en todo el mundo.
Las ideas revolucionarias de este periodista, poeta y político cubano lo mantuvieron en el exilio durante los últimos años de la dictadura batistiana, regresando a la Isla tras el triunfo rebelde de 1959. En la Revolución Cubana se integró al Partido Comunista y llegó a ser miembro de su Comité Central y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Estuvo entre los fundadores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), siendo el primer presidente de esta organización hasta 1985y fue merecedor de la Orden José Martí en 1981.
Su poesía está considerada como la más plena expresión de las legítimas y revolucionarias aspiraciones populares en el período histórico en que se produce, y es Guillén quien introdujo el tema negro en la poesía en lengua española. Su obra ha sido traducida a muchos idiomas y merecido comentarios elogiosos y estudios de destacados escritores contemporáneos. Entre sus títulos literarios más destacados se encuentran: Motivos de son, Elegía a Jesús Menéndez, Sóngoro cosongo y El son entero, entre otros.
Por su obra obtuvo en Italia el Premio Viareggio (1972), la Medalla de Oro Musgrave, Jamaica, (1975), el Premio Internacional Jrísto Botev en la República de Bulgaria (1975), el Premio Nacional de Poesía Ricardo Miró en Panamá (1978), el Premio Nacional de Literatura. Ministerio de Cultura de Cuba, (1983) y el Premio Mundial de Poesía Asan Memorial Association en Kerala, India (1983).
Fue declarado Doctor Honoris Causa por varias universidades del mundo; en Letras por la Universidad de West Indies, Jamaica (1975); en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad de La Habana, Cuba (1975); en Letras por la Universidad de Burdeos, Francia (1978); por la Universidad de Guayaquil. Ecuador (1984); por la Universidad de Colombia (1984); y por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, Perú (1984).
Igualmente fue declarado Huésped Ilustre de la ciudad de Caracas, capital de Venezuela (1975); Maestro Emérito de la Universidad de Tabasco. México (1978); recibió el Diploma al Mérito Humano. Instituto de Bellas Artes de México, (1978); y la Orden Caro y Cuervo de Colombia (1984).
Nacido en el seno de una familia camagüeyana de clase media con determinado nivel cultural y social siendo parte de la pequeña burguesía negra y mulata. Su padre, Gustavo, era director del diario Las Dos Repúblicas y un político liberal que fue senador por su provincia de 1909 a 1913. Se opuso a la candidatura para un segundo mandato del entonces presidente Mario García Menocal, situación que lo llevó a alzarse en 1917, lo que se conocen como el Alzamiento de La Chambelona que resultó fallido y muchos de sus dirigentes asesinados, entre ellos su padre, lo que trajo consigo la ruina económica de la familia. Su madre Argelia, mujer de carácter y valor, se encargó de la formación de sus hijos y la dirección del hogar.
El joven Guillén trabajó de tipógrafo en una imprenta, corrector, oficinista, y tras terminar su bachillerato en Camagüey matriculó la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, pero se vio obligado a abandonar sus estudios por carecer de medios económicos que le permitieran mantenerse en la capital.
Fue un incansable creador y cultivador de la palabra. Su quehacer como hombre de letras va desde el periodismo hasta la poesía, pasando por las composiciones musicales de corte poético. Fue un periodista fecundo e incansable que colaboró en casi todas las publicaciones periódicas cubanas y en las más importantes del extranjero y recibió homenajes en numerosos países de todos los continentes. Desde su juventud participó intensamente en la vida cultural y política cubana, lo que le costó el exilio en varias ocasiones.
Inició su producción literaria en el ámbito del posmodernismo y la afianzó en el de las experiencias vanguardistas de los años veinte, en cuyo contexto se convirtió pronto en el representante más destacado de la poesía negra o afroantillana, y usó todos los recursos característicos de esa poesía para lograr una expresión auténtica de una cultura mulata, propia de un país mulato como él mismo, unida a una preocupación social que se fue acentuando con el paso de los años y que en Cuba se encarga de perpetuar y difundir la Fundación que lleva su nombre.
Sería absurdo pretender sintetizar en breves líneas la vida y obra de Guillén, por lo cual solamente pretendemos motivar al lector a profundizar en los numerosos libros dedicados a este hombre que llegó a jugar un papel destacado en varias generaciones y sembrar una semilla cuyos frutos trascienden su país natal, su Caribe negro y la raíz africana que tanto reivindicó e inmortalizó en sus poemas, al referirse a la herencia de sus abuelos, el esclavo negro y el conquistador español.
Guillén, tu obra está y estará vigente siempre, en Cuba y en el mundo.