
José Marcelino Maceo Grajales cayó gravemente herido en Loma del Gato el 5 de julio de 1896 y murió pocas horas después, a los 47 años y tras participar en las tres guerras por la independencia de Cuba, librar numerosos combates, acumular cicatrices, y ascender desde cabo hasta mayor general.
Digno hijo de Mariana, la madre heroica, y junto a su hermano Antonio, José se caracterizó por su valor temerario, temperamento activo, firmeza de ideas, e intransigencia ante posiciones claudicantes o anexionistas, lo cual le valió el calificativo de León de Oriente. Bajo su mando, el Ejército Independentista libró numerosas acciones que brillan en la historia patria.
Nació el 2 de febrero de 1849 en la finca Las Delicias, cerca de la aldea Majaguabo, municipio San Luis en la región oriental de Cuba. Fueron sus padres el venezolano Marcos Maceo y la cubana Mariana Grajales, descendiente de dominicanos.
Marcos y Mariana contrajeron matrimonio en 1851 cuando ya Mariana tenía cuatro hijos del primer matrimonio con Fructuoso Regüeiferos: Felipe, Fermín, Justo y Manuel. Con Marcos tuvo nueve hijos, dos hembras, Baldomera y Dominga, y siete varones: Antonio, José, Rafael, Miguel, Julio, Tomás y Marcos. Unidos a sus cuatro hijos varones anteriores fueron 11 centauros que casi todos cayeron en combate frente al enemigo en la lucha por la libertad.
Su padre les enseñó el sendero pues fue el primero en caer. José desde muy niño era fuerte y robusto, en sus juegos infantiles siempre era el jefe, todos lo respetaban y querían. Recibió sólo instrucción primaria pues debió dedicarse a las labores del campo, era gran jinete y cazador empedernido con fama de experto tirador la que conservó hasta su muerte. A pesar de ser divertido era obediente y respetuoso. Disfrutaba las peleas de gallos, los bailes y las conquistas amorosas. De su relación con cinco mujeres dejó cinco hijos.
Se incorporó el 12 de octubre de 1868 a la Guerra de los Diez Años, a solo dos días de comenzada. Ese mismo día tuvo su bautizo de fuego en el combate de Ti Arriba. En 1869, encontrándose subordinado al mayor general Donato Mármol, jefe de la División Cuba, resultó herido en los combates de El Salado el 8 de enero y en La Sidonia 28 de agosto. Ese año también combatió en San Agustín de Aguarás, donde cayó su padre, Marcos, el 24 de mayo de 1869.
Numerosos combates y varias heridas en su cuerpo tuvo José en la Guerra Grande o de los 10 años, donde fue ascendiendo desde cabo en enero de 1869; a sargento en mayo de ese año, teniente a finales de 1870, capitán el 24 de enero de 1871, a comandante el 10 de marzo de 1872, teniente coronel el 20 de junio de 1873, y a coronel el 17 de marzo de 1878.
Sería muy larga la relación de combates que dirigió o en los que participó de forma destacada. Igualmente, largo sería el recuento de sus heridas y de su pronta reincorporación a los combates. José resultó herido gravemente en el Cafetal de La Indiana el 12 de agosto de 1871, y permaneció convaleciente hasta enero de 1872. Ese mismo mes se destacó en el ataque a Tiguabos, el 24 y el 29 de junio de 1872 fue nuevamente herido en Rejondón de Báguanos.
En febrero de 1873 integró el contingente que organizó el General en Jefe Máximo Gómez para invadir Las Villas y participó en muchos combates. El 30 de septiembre de 1874 regresó a Oriente, junto con su hermano Antonio. Fue un firme opositor de la sedición de Lagunas de Varona 26 de abril de 1875 y en mayo de 1877 a los sediciosos de Santa Rita. En Mangos de Mejía, el 6 de agosto de 1877 salvó a Antonio de una muerte segura y lo protegió durante su convalecencia. En febrero de 1878 estuvo en los combates de Llanada de Juan Mulato y Tibisial, mientras otros gestaban el Pacto del Zanjón. Fue una de las principales figuras de la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1878.
En las calles de Santiago de Cuba, junto con Guillermón Moncada y Quintín Bandera, dio el grito de “Viva Cuba Libre” el 26 de agosto de 1879 iniciando así la Guerra Chiquita en la parte sur de Oriente, y durante casi 10 meses mantuvo gran actividad sobre el enemigo y fue ascendido a general de brigada. Ante la esterilidad de continuar la lucha, se vio obligado a deponer las armas con la condición de que se le garantizara, a él y a sus compañeros, la salida del país.
El 4 de junio de 1880 embarcó por Guantánamo hacia Jamaica y en alta mar, fue apresado por un cañonero español, conducido a Puerto Rico y enviado a las islas Chafarinas, adonde llegó el 3 de agosto de 1880. En agosto de 1882 lo trasladaron a las prisiones de Ceuta, pero al hacer escala en Cádiz logró fugarse y tomó un barco con destino a Tánger, Marruecos y abordó un barco.
Cuando ese barco hizo escala en el Peñón de Gibraltar, el jefe de la policía de ese lugar sobornado por el cónsul español lo entregó a las autoridades españolas. Lo condujeron a Algeciras y de allí al castillo El Hacho, en Ceuta, a las cárceles de Pamplona, La Estrella. En julio de 1884 fue llevado al castillo de La Mola, en Mahón, desde donde escapó hacia Argelia el 22 de octubre de 1884. Después de pasar por Francia, Estados Unidos y Jamaica, viajó a Panamá para encontrarse con Antonio, en diciembre de 1886.
El Apóstol José Martí en carta fechada el 3 de noviembre de 1894, unos meses antes del inicio de la Guerra Necesaria del 24 de febrero de 1895 le escribe a José: “Amigo, quien ha defendido con valor mi Patria y su libertad de hombre, es como acreedor mío y me parece mi hermano”.
Para participar en la Guerra del 95 integró junto con su hermano Antonio, la expedición de la goleta Honor, que bajo el mando del mayor general Flor Crombet desembarcó por Duaba, Baracoa, el 1 de abril de 1895, fecha en que sostuvieron el primer contacto con el enemigo. El 8 de abril, tras caer en una emboscada en La Alegría, los expedicionarios fueron dispersados. José, junto a Flor y otros cuatro expedicionarios, fueron perseguido por los montes.
El día 10 de ese mismo mes cayó Flor, en Alto de Palmarito, y José quedó aislado. Tras una verdadera odisea, ocho días más tarde logró hacer contacto con un pequeño destacamento subordinado al entonces teniente coronel Prudencio Martínez. Ya el día 25 combatió a una columna española en Arroyo Hondo y el 28 de abril de 1895 fue ascendido a mayor general.
Tras infringir numerosas derrotas al enemigo, el 20 de octubre de 1895 su hermano Antonio le entregó el mando del 1er y 2do cuerpo oriental. Ocho días más tarde se despidieron y Antonio continuó su invasión hacia Occidente. El 6 de diciembre de 1895, el General en Jefe, Máximo Gómez, ratificó a José al mando del Departamento Oriental con carácter interino
En abril de 1896 el Consejo de Gobierno nombró al mayor general Mayía Rodríguez en el cargo de jefe del Departamento Oriental, pero José se negó a entregarle formalmente esa jefatura sin una orden expresa del General en Jefe. No obstante, renunció al cargo.
Después de haber desistido Mayía de los propósitos del gobierno, José continuó mandando la provincia hasta finales de mayo en que asumió el cargo el mayor general Calixto García, quedando José como jefe del 1er cuerpo. Aunque volvió a hacer efectiva su renuncia, ésta nunca fue aceptada
Al caer mortalmente herido hace 128 años en el combate de Loma del Gato, fue llevado por sus hombres hasta La Soledad de Ti Arriba, cerca de Songo-La Maya, perteneciente a la actual provincia Santiago de Cuba, donde falleció y un monumento rinde eterno homenaje a la memoria del León de Oriente, quien fue una sensible pérdida para el Ejército Libertador y para toda Cuba.