
El reelecto Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez llamó a todo el pueblo, a las estructuras del Estado y el Gobierno, a las entidades públicas y privadas, a las organizaciones de masas y sociales a vencer el bloqueo impuesto hace más de 60 años por Estados Unidos sin esperar a que lo levanten.
En presencia del líder de la Revolución, General de Ejército Raúl Castro Ruz, al concluir la ceremonia de instalación de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el proceso de elecciones de los diputados, donde también resultaron ratificados el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa y el Presidente del Parlamento y del Consejo de Estado, Juan Esteban Lazo Hernández, el mandatario cubano resaltó la voluntad de todos los diputados de defender los intereses de la mayoría, a diferencia de lo que ocurre en otros países.
“Las 470 personas que recién juramos como diputadas y diputados no ganamos el curul por tener más dinero o el respaldo de partidos electorales, cuyo único fin es colocar en el lugar donde se deciden las leyes del país a un defensor de los intereses de determinados grupos de poder”, señaló Díaz-Canel.
“Así como recordamos Girón, recordaremos siempre la crueldad del bloqueo reforzado en condiciones de pandemia; la infame inclusión de Cuba en una lista de supuestos patrocinadores del terrorismo para sitiar todas las vías financieras; el oxígeno que se negaron a darnos, mientras estimulaban rebeliones callejeras, de algún modo nos lo negaban ya al cerrar cada posibilidad de comercio o financiamiento. De todas esas batallas va saliendo vencedor el pueblo y no tengo ninguna duda de que, como en Girón, ¡seguiremos venciendo!”, enfatizó
El también Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba orientó que, “en lo inmediato, la dirección principal debe centrarse en la producción de alimentos, el aprovechamiento de las capacidades productivas ociosas, el incremento de los ingresos en divisas, las transformaciones que requiere la empresa estatal socialista, la eficiencia del proceso inversionista, la complementariedad de los actores económicos y la participación de la inversión extranjera. Todo ello en función de incrementar la oferta de bienes y servicios y controlar la inflación, lo que se constituye en la principal prioridad de trabajo en la batalla económica”.
Y alertó que “hay que asumir ese gigantesco desafío sin desalientos”, conscientes de que “con el recrudecimiento del bloqueo, la crisis mundial y nuestras incapacidades la situación económica y social del país se ha complejizado mucho, y los sueños, planes y proyectos a los que nunca renunciaremos se ralentizan. A veces parece que nunca serán posibles. Pero si repasamos la dinámica de los últimos cinco años, comprobaremos que, bajo las peores circunstancias y las más criminales presiones, nos convertimos en uno de los pocos países que se salvó a sí mismo de la pandemia con sus propios esfuerzos y talento”.
Resaltó que “el verdadero enemigo de la nación cubana apuesta al estallido para apoderarse del país y devolverlo a la era neocolonial que ya sufrimos y conocemos, ese enemigo vio en cada una de las votaciones recientes: el Referendo del Código de las Familias, las elecciones para delegados y luego para diputados, un momento clave para el ataque a la legitimidad del Gobierno y cifró sus esperanzas en la posibilidad de un alto abstencionismo”.
Sin embargo, subrayó que “los que vaticinaban una alta abstención, conscientes de que el viejo diseño de Lester Mallory de emplear la guerra económica a fondo para generar dificultades que induzcan a la apatía política, volvieron a quedarse con las ganas. Ese 75,8 % de participación no hubiera sido posible sin la confianza del pueblo en la Revolución. Y esa confianza se expresa en participación. Fue una muestra de civismo, pero también de patriotismo y, sobre todo, de conciencia política. ¡Ahora esa confianza no la podemos defraudar! Nos tiene que comprometer más a todos. Nos obliga a trabajar por todo el país, en representación de toda Cuba”.
Destacó el papel de los jóvenes y subrayó que “a cada uno de nosotros, por nuestra parte, nos toca estimular que ese espíritu juvenil se exprese y que demuestren lo que pueden dar y lo que pueden aportar, evitando las manifestaciones que muchas veces afectan esas potencialidades y están relacionadas con la falta de atención, la vanidad, los celos, los prejuicios y, lo que es peor, esquemas mentales vencidos por el tiempo. Hay que convencer, pero sobre todo probarles a nuestros jóvenes que sí les será posible realizarse en su patria. Que propongan ideas, proyectos y prueben en la práctica su eficacia en función de un país mejor”.
“El avance del país en medio de las profundas dificultades que generan los obstáculos externos a nuestra economía, pero también el burocratismo, la indiferencia o la corrupción –inaceptable por principio–, depende en mucho de que cada diputada y diputado asuma con entrega y compromiso, el histórico desafío que nos hemos planteado: ¡vencer al bloqueo sin esperar que lo levanten!” enfatizó, respaldado por la ovación de todo el Parlamento y los invitados puestos de pie y decididos a vencer.