
La Imprenta Nacional de Cuba fue una de las primeras obras creadas por la Revolución hace 65 años para poner al alcance de todo el pueblo las mejores obras de la cultura universal, a sólo tres meses del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
El gobierno revolucionario, mediante la Ley 187 promulgada el 31 de marzo de 1959 fundó la Imprenta Nacional de Cuba y nombró al frente de ella al prestigioso intelectual de larga trayectoria de luchas Alejo Carpentier, quien dirigió la institución los primeros años e impulsó la publicación masiva de libros.
El primer libro impreso fue una de las obras cumbres de la literatura hispana: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, dividido en cuatro tomos y con ilustraciones de Gustavo Doré y Pablo Picasso, con el cual se inauguró la colección Biblioteca del Pueblo, destinada a los clásicos de la literatura universal.
Después del Quijote, se imprimieron antologías de poéticas de Rubén Darío, máximo representante del modernismo literario en lengua española; César Vallejo, uno de los mayores innovadores de la poesía universal del siglo XX y el máximo exponente de las letras en el Perú; el chileno Pablo Neruda y el Poeta Nacional Nicolás Guillén.
En esos primeros años se publicaron también los tres tomos de la Antología de Poesía Cubana, a cargo de Lezama Lima, además de las novelas Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, considerado el novelista venezolano más relevante del siglo XX; A sangre fría, del novelista norteamericano Truman Capote y Un amor de Swan, del novelista y crítico francés, Marcel Proust.
Asimismo, la labor de la Imprenta Nacional fue decisiva en la preparación y publicación de toda la base de estudio, como las cartillas y manuales utilizadas en 1961 en la gran Campaña Nacional de Alfabetización, que abrió las puertas del saber a casi un millón de cubanas y cubanos analfabetos. En 1962 la Imprenta Nacional de Cuba se convirtió en la Editora Nacional y Carpentier se mantuvo en la dirección de esta institución durante cuatro años.
En 1965 cristaliza como proyecto especial Ediciones Revolucionarias en respuesta a la extraordinaria demanda de libros de texto y las restricciones que para su edición imponían el bloqueo de Estados Unidos y los acuerdos internacionales sobre la propiedad intelectual.
En 1967 se creó el Instituto Cubano del Libro (ICL) como parte del Ministerio de Cultura y se conformó todo un sistema de editoriales nacionales y provinciales, un sistema creativo, productivo y comercializador que, en conjunto después del triunfo de la Revolución ha vendido millones de ejemplares de más de 70 mil títulos de escritores cubanos y extranjeros, dando cabida en ellos a los escritores de las provincias y a los distintos géneros literarios.
El ICL dirige quince Centros del Libro, ubicados en cada uno de los territorios, a través de los cuales dispone de un Centro de Promoción Literaria, una pequeña editorial en cada provincia, y de librerías en todos los municipios del país.
En 1981 fue declarado el 31 de marzo el Día el Libro Cubano como homenaje a la creación de la Imprenta Nacional de Cuba en 1959, y cada año, salvo durante la reciente pandemia, se realizan las Ferias Internacionales del Libro, en la colonial Fortaleza de la Cabaña, con réplicas en capitales provinciales.
En la Feria se hacen presentaciones de libros por sus autores, venta de numerosos títulos, coloquios, conversatorios y conferencias que reúnen a un público multitudinario, en un evento que ofrece la posibilidad de intercambiar con intelectuales cubanos y foráneos, y se entregan en ella los Premios Nacionales de Literatura.