
La dictadura de Fulgencio Batista inició un 23 de mayo, hace 67 años, su proclamada Ofensiva de Verano contra el Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, la que culminó en un rotundo fracaso y aceleró el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959.
A partir del 23 y 24 de mayo de 1958, la dictadura, envalentonada por el fracaso de la huelga del 9 de abril, lanza su más poderosa ofensiva durante la guerra con el fin de tomar la Comandancia General y dar un golpe mortal a la Revolución, la que denomina como Ofensiva de Verano, Plan FF o Fin Fidel.
La Ofensiva de Verano era la esperanza de la tiranía para eliminar al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y al Ejército Rebelde en su Comandancia de La Plata, Sierra Maestra, y comenzó formando los batallones y compañías con mayor experiencia y mejores armas para subir a las montañas por las diferentes vías de acceso.
El Batallón 11 del Ejército de la tiranía al mando del teniente coronel Ángel Sánchez Mosquera, de sangriento historial represivo contra la población campesina que apoyaba a los rebeldes, dirige las operaciones de esa ofensiva desde el poblado de Minas de Bueycito.
Ya con las tropas del régimen en territorio de la Sierra Maestra, el primer combate de importancia contra el Ejército Rebelde se produce el 29 de mayo en El Macío, dirigido por el entonces capitán Guillermo García Frías, con el apoyo de un pelotón de la Columna 6 del Tercer Frente, al mando del comandante Juan Almeida Bosque, que se había trasladado a la zona.
El Batallón 11 ya había tenido en San Miguel y Montero dos encuentros anteriores con pelotones del Ejército Rebelde los días 23 y 24. El jueves 29 de mayo este Batallón comenzó su avance definitivo hacia el interior del territorio rebelde desde Minas de Bueycito. Cerca del mediodía, después de pasar por La Otilia, la experimentada tropa enemiga cae en la emboscada rebelde a la altura de El Macío y se entabla un furioso combate.
La columna principal de los guardias fue obligada a detener su avance y los combatientes rebeldes lograron repeler varios intentos del jefe enemigo para salir a su retaguardia durante un intenso bombardeo para tratar de desalojarlos.
En El Macío se combatió intermitentemente a lo largo de los tres días siguientes, a pesar de la presión de más de 300 hombres bien armados y equipados del ejército gubernamental, y se frustraron sus intentos de infiltrarse en los flancos de las fuerzas rebeldes. Esto obligó al enemigo a realizar otras acciones y no es hasta el 8 de junio en que llega hasta La Estrella.
En el territorio del Primer Frente, donde radicaba la Comandancia General, se libran decisivas batallas, dos en Santo Domingo, en El Jigue, en Las Mercedes, y más de 20 combates, los más importantes en La Caridad, El Naranjo, El Naranjal, Meriño, Casa de Piedra, Providencia, Las Vegas de Jibacoa y Jobal.
Las fuerzas de Mosquera con los soldados más veteranos de lucha en la montaña, no logró penetrar en la profundidad del territorio rebelde, gracias a la tenacidad, eficiencia y resistencia de sus combatientes y las adecuadas medidas de protección tomadas para evitar el avance enemigo.
Como resultado de la derrota de la Ofensiva de Verano, el ejército gubernamental sufrió más de mil bajas, entre ellas unos 150 muertos, gran cantidad de heridos y más de 400 prisioneros entregados a la Cruz Roja Internacional en Las Vegas de Jibacoa y Sao Grande en la Sierra Maestra.
El Ejército Rebelde ocupó más de 500 armas y equipos, incluidos: tanques, morteros, bazucas, ametralladoras, 150 mil balas, transportes, y 20 equipos de radio. De las filas rebeldes murieron en combate 27 hombres y más de 50 resultaron heridos.
En 75 días de combate, el Ejército Rebelde con una fuerza insuficientemente armada que en sus inicios apenas alcanzaba a 200 hombres, logró suplir una desventajosa correlación de fuerzas por su excelente preparación física, el dominio del terreno y de la táctica y estrategia, asestando en cada momento y lugar apropiado golpes a un poderoso enemigo de unos 10 mil efectivos.
Con este triunfo el Ejército Rebelde tomó firmemente en sus manos la iniciativa estratégica y preparó las condiciones para la Ofensiva Final, al mando directo del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Tras los últimos combates en Las Mercedes, que concluyeron el 6 de agosto de 1958, las tropas rebeldes del Primer y Tercer Frente avanzan hacia Santiago de Cuba, las fuerzas al mando del comandante Raúl Castro consolidan su dominio en el extenso territorio del Segundo Frente Oriental, y las columnas guerrilleras al mando de los comandantes Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos reciben la orden de extender al centro y occidente del país la guerra revolucionaria. La proclamada Ofensiva de Verano fracasó rotundamente tras 74 días de enfrentamientos con el Ejercito Rebelde.
Durante la contraofensiva el Ejército Rebelde libra combates memorables en torno a ciudades y poblados de diferentes puntos del país hasta triunfar el primero de enero de 1959, para cambiarle el destino a Cuba y cumplir los sueños de independencia y justicia anhelados en 100 años de lucha.