
El líder revolucionario Antonio Guiteras Holmes murió el 8 de mayo de 1935 en combate contra fuerzas del entonces jefe del Ejército, Fulgencio Batista, cuando se preparaba en El Morrillo matancero a salir de Cuba para regresar con una expedición a la Sierra Maestra y seguir luchando contra la tiranía.
La traición y delación, presentes en tantas ocasiones de nuestra historia, frustraron el proyecto del destacado integrante del llamado Gobierno de los 100 Días, que existió desde septiembre de 1933 hasta enero de 1934, y desde el cual nacionalizó las principales empresas norteamericanas y proclamó que “se sirve al imperio yanqui o se sirve al pueblo”.
Guiteras rechazó la mediación del embajador norteamericano Benjamín Sumner Welles en el gobierno donde fue Secretario de Gobernación, Guerra y Marina, y con su gran influencia logró se promulgaran la mayoría de las leyes revolucionarias y populares promulgadas en esos 100 días.
Cuando el 8 de noviembre de 1933, un grupo atentó contra el Gobierno y los sediciosos fueron capturados, el embajador norteamericano Summer Welles exigió su inmediata liberación. Cuando llegó con altanera posición al despacho del ministro de Gobernación con tal requerimiento, la respuesta de Guiteras fue contundente: “Le doy 10 minutos para abandonar mi despacho”. Y cuando el funcionario yanqui amenazó con una intervención de Estados Unidos ante la negativa, recibió otro imperativo que doblegó la arrogancia del visitante: “Ya han transcurrido tres minutos del plazo”.
Guiteras fue calificado por Raúl Roa García, como uno de los revolucionarios más destacados de esa etapa de Cuba, el más completo hombre de acción de su generación y peligroso enemigo del sistema explotador que, apoyado por el gobierno de Estados Unidos, aplastaba a la sociedad cubana.
Al pasar la Secretaría de Guerra y Marina a la de Gobernación, Guiteras se convirtió en jefe de Fulgencio Batista, pero los intereses de ambos eran irreconciliables. Mientras Guiteras deseaba utilizar el ejército para profundizar la revolución, Batista quería usarlo para aumentar su poder personal y su influencia sobre el país.
El Gobierno de los Cien Días fue derrocado el 15 de enero de 1934, promovido por las intrigas de la embajada de Estados Unidos y la traición de un grupo de militares del Movimiento 4 de Septiembre, encabezados por Batista, lo cual obligó a Guiteras a pasar a la clandestinidad para continuar la lucha.
Al valorar las causas de la caída del gobierno de Ramón Grau San Martín, Guiteras afirmó: "Fracasamos porque una revolución sólo puede llevarse adelante cuando está mantenida por un núcleo de hombres identificados ideológicamente, poderosos por su unión inquebrantable, aunados por los mismos principios".
Inmediatamente después de instaurado el gobierno Batista-Caffery-Medienta. Guiteras decidió organizar la insurrección armada. Con un grupo de revolucionarios fundó en abril de 1934 La Joven Cuba, organización revolucionaria y antiimperialista para dirigir la lucha armada contra el nuevo poder pro norteamericano y entreguista, traidor a los intereses del pueblo.
En esos preparativos estaba cuando fue sorprendido y murió combatiendo junto a otro integrante de La Joven Cuba, su valioso compañero de lucha y de ideales, el joven revolucionario venezolano Carlos Aponte Hernández, quien había luchado por la independencia de su tierra natal, compartió con Augusto César Sandino el combate contra la intervención norteamericana en Nicaragua y estuvo entre los hombres que lucharon junto al líder comunista cubano Julio Antonio Mella hasta que fue asesinado por sicarios de Machado en México.
Nacido en Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos, el 22 de noviembre de 1906, de padre cubano y madre norteamericana, Guiteras vino a residir en Cuba en 1913 y luego de una corta residencia en Matanzas, pasó a vivir en Pinar del Río, donde cursó sus primeros estudios. En 1927, a sus 20 años, obtuvo el grado de Doctor en Farmacia tras fundar el Directorio Estudiantil Universitario y tener activa participación en las luchas contra Machado.
Desde niño creció oyendo las historias de su tío, José Ramón Guiteras, quien diera su vida por la libertad de Cuba durante la primera guerra de independencia y las de su tío abuelo irlandés, John Walsh, quien fuera uno de los más importantes líderes de la independencia de Irlanda. Cuando tenía cuatro años de edad sufrió un accidente que le hizo perder el control del lado derecho de su cuerpo por varios años. Por ese motivo se convirtió en zurdo. También perdió la visión del ojo izquierdo, que se le desvió en cierto grado.
Durante el alzamiento de los nacionalistas en agosto de 1931 lideraba un grupo de militantes del Directorio Estudiantil miembros de la Junta Revolucionaria y fue hecho prisionero en Santiago de Cuba al intentar un alzamiento popular.
Salió de prisión en febrero de 1932 por la amnistía declarada por el gobierno machadista. Logró unir en una sola organización a los revolucionarios de Santiago de Cuba, Holguín, Bayamo y Manzanillo y decidió romper con los viejos caudillos nacionalistas y fundar la Unión Revolucionaria (UR), donde agrupó todas las pequeñas organizaciones que ya lideraba e incrementó sus contactos con miembros descontentos de las fuerzas armadas.
Desde la UR, Guiteras lanzó el "Manifiesto al pueblo de Cuba", donde expuso un programa centrado en la unidad de todas las fuerzas antimachadistas. El punto central de este documento fue el llamado a la lucha armada como vía más práctica para derrocar la dictadura, lo cual retomó en La Joven Cuba y cumplió hasta su muerte sin dejar nunca de ser fiel a su ideal revolucionario.