Fidel: mi destino verdadero es enfrentar al imperialismo

Fidel Castro

El Ejército Rebelde enfrentaba la Ofensiva de la dictadura batistiana por eliminarlo desde finales de mayo de 1958, y la crueldad de los bombardeos aéreos a la población campesina de la Sierra Maestra llevó al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a una definición estratégica de su futuro.
La Ofensiva militar del ejército de la tiranía, con el indicativo FF que ellos entendían como el Fin de Fidel, involucró el apoyo de la marina disparando desde el mar contra la Sierra Maestra, bombardeos indiscriminados de la aviación, tanques y artillería a la población civil, y 10 mil soldados bien armados que intentaban avanzar por el territorio bajo control rebelde.
El 5 de junio 1958 Fidel se encontraba cerca de Minas del Frio, donde un bombardeo aéreo destruyó el hogar de Mario Sariol, un humilde campesino colaborador del Ejército Rebelde, quien al buscar con impotencia en los restos de su casa encontró pedazos de los cohetes lanzados por la tiranía. 
Con aquel hallazgo, el campesino se dirigió al campamento donde estaba Fidel y le mostró que los fragmentos grabados la inscripción USAF (United State Air Force), quien se indignó al conocer la procedencia del armamento.
Ese mismo día, Fidel escribió una nota a su ayudante Celia Sánchez Manduley, donde le dice: “Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que éste va a ser mi destino verdadero.”
Esa convicción de Fidel, en medio del fragor de la ofensiva enemiga, coincide con los sentimientos y la visión antimperialista de José Martí, en su carta inconclusa a Manuel Mercado el 18 de mayo de 1895, pocas horas antes de su muerte en combate, cuando afirma a su amigo: “ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas y mi honda es la de David.”
Bajo la orientación de Fidel los rebeldes pelearon palmo a palmo contra los miles de soldados que Batista había enviado a la Sierra Maestra, cumpliendo su estrategia de dejar avanzar al enemigo sierra arriba para desgastar sus fuerzas y después, con las tropas rebeldes concentradas, lanzarles una contraofensiva.
El enemigo era rechazado por pequeños grupos de soldados rebeldes, comandados por destacados oficiales, que continuamente se trasladaban de un lugar a otro por instrucciones que recibían del Comandante en Jefe.
A tantos años de aquel bombardeo a la casa del campesino Mario Sariol, la carta dirigida a Celia mantiene incólume su vigencia, así como el legado hermanado por la historia de Fidel y Martí a los pueblos de Nuestra América, y la advertencia del Guerrillero Heroico, Comandante Ernesto Che Guevara, de que con el imperialismo no podían confiarse “ni tantico así, nada”:

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