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Pocas personas son conocidas en todo el mundo sólo por su primer nombre como lo es Fidel. Razón tenía el General de Ejército Raúl Castro Ruz cuando afirmó que Fidel es Fidel e insustituible, pues su presencia se siente cada día cuando nuestro pueblo y gobierno enfrentan las dificultades actuales como él nos enseñó.
El legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, reiterado en su último discurso público y recordado este 13 de agosto en el 97 aniversario de su natalicio en 1926, en Birán, antigua provincia de Oriente, es el llamado a la unidad del pueblo, a rescatar y preservar los valores conquistados y defenderlos, cumpliendo su orden en los momentos de peligro de invasión cuando proclamó que la palabra rendición no existe en el diccionario revolucionario.
Al frente de su generación siempre estuvo Fidel, indiscutible Comandante en Jefe, capaz de unir a todas las fuerzas opositoras a la dictadura durante la guerra, de enfrentar la traición de algunos de sus oficiales luego de la victoria, y de unificar la estrategia y acción del pueblo y todas las organizaciones progresistas de una pequeña isla del Caribe al enfrentarse por primera vez a 13 gobiernos de Estados Unidos, en colosal resistencia frente a un criminal bloqueo económico, comercial y financiero que se prolonga ya por más de seis décadas, amplía sus acciones y las intensifica a niveles genocidas.
Fidel fue el creador de las Milicias Nacionales Revolucionarias, el que proclamó el carácter socialista de la Revolución en el entierro de las víctimas del bombardeo yanqui a los aeropuertos y quien dirigió la batalla de Playa Girón contra la invasión mercenaria con la consigna empleada por primera vez de Patria o Muerte, ¡Venceremos! Fue quien aplicó la Reforma Agraria y las nacionalizaciones de las transnacionales y los centrales azucareros, el que concibió y dirigió la Campaña de Alfabetización, el de los heroicos salvamentos de campesinos cuando el Ciclón Flora inundó todo el centro de Oriente, y de cuya tragedia concibió los proyectos de presas y regadíos que han transformado el agro cubano. Fue el inspirador de las recogidas de café de los estudiantes secundarios, el estratega de la lucha contra bandidos apoyados por la CIA, y el de la Crisis de Octubre donde nuestro pueblo estuvo dispuesto a inmolarse bajo su mando en la defensa de la dignidad y la independencia.
Fidel fue el de los largos discursos que nuestro pueblo oía sin cansancio, y en los cuales siempre respondía a las inquietudes del momento con las medidas u orientaciones que su auditorio esperaba; el creador del plan de becas, el que garantizó salud y educación gratuitas para todos, desde la primaria hasta el nivel universitario cuyos títulos ostentan hoy más de un millón y medio de cubanos; el que desde muy temprano en la Revolución supo ver que Cuba tenía que ser un país de hombres de ciencia, quien creó las instituciones científicas y formó el ejército de batas blancas, con los que enfrentamos y vencimos la pandemia mundial de la COVID-19 y Cuba presta ayuda solidaria a numerosos países del mundo que proponen hoy a estas brigadas de salud Henry Reeve para el Premio Nobel.
Fidel fue el que supo desarrollar el deporte como un derecho del pueblo y llevar a nuestros atletas a conquistar títulos mundiales y olímpicos como nunca antes se soñó en Cuba. También el que supo unificar el talento creador de los intelectuales y artistas cubanos bajo el principio de que con la Revolución todo, contra la Revolución nada, el que creó la Casa de las Américas y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) entre las primeras medidas de su gobierno, y el que, al inicio del Período Especial afirmó que lo primero que había que salvar era la cultura.
Fidel logró la difícil proeza de ser líder de todos los sectores poblacionales y profesionales y estuvo siempre presente en los congresos de las organizaciones de masas que creó: los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), y la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), convertida luego en la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM). Reactivó su liderazgo histórico de la etapa prerrevolucionaria en la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), con sus frecuentes encuentros informales en la Plaza Cadenas de la Universidad de La Habana, creó la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) y la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), que luego se convertiría bajo su inspiración en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y fue capaz de llevar a la práctica el principio martiano de un solo partido para conducir la Revolución al transitar desde las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), al Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) y, finalmente, al Partido Comunista de Cuba (PCC).
Era también el Fidel periodista que escribía en la Sección En Cuba de Bohemia antes de la Revolución, el mismo que potenció la prensa revolucionaria después del triunfo, quien presidía los Congresos de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) e impulsó la utilización de Internet para los periodistas y el país. El que en altas horas de la madrugada revisaba editoriales junto a periodistas en la dirección de Granma cuando el tema era de interés nacional e internacional y el primer cliente de una tienda cubana de productos informativos por comercio electrónico creada por su inspiración a inicios de este siglo.
Sin ser genetista Fidel creó los grandes planes ganaderos de donde surgió la vaca Ubre Blanca, con su récord Guinness de producción de leche y el pastoreo intensivo, y sin ser economista fue capaz de librar la cruzada continental contra el pago injusto de la deuda externa, llamada por él como deuda eterna, en los Encuentros Internacionales sobre Globalización y Desarrollo con las más destacadas personalidades de la izquierda latinoamericana y mundial.
Fidel institucionalizó las grandes concentraciones en la Plaza de la Revolución como el Parlamento del pueblo donde se aprobaban con su voto a mano alzada las grandes decisiones, y estableció con sus visitas imprevistas a centros de producción o servicios un mecanismo de comprobación para evitar desinformación y escuchar directamente a los trabajadores. En la plaza colmada por cientos de miles de personas se aprobaron las dos Declaraciones de La Habana y el nombre del Partido Comunista de Cuba y fue quien desencadenó la Batalla de Ideas para traer de regreso al niño secuestrado por la mafia cubano-americana en Miami y a los cinco patriotas cumpliendo prisión en el país del Norte por defender la integridad de su Patria.
Fidel es, y será siempre, la figura misionera de la Revolución Cubana precursora del internacionalismo, capaz de vencer a miles de kilómetros con sus tropas de internacionalistas voluntarios al ejército sudafricano y a los mercenarios apoyados por Estados Unidos; quien apoyó la liberación de Angola del colonialismo, la independencia de Namibia, Argelia, Etiopía, Siria y la propia Sudáfrica, sin traer para Cuba nada más que el agradecimiento de los pueblos africanos y los restos de sus caídos en combate.
Fue uno de los grandes impulsores del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), y quien defendió en Naciones Unidas que no puede haber paz en el mundo mientras millones de personas mueren de hambre y enfermedades prevenibles, mientras otros acumulan en sus manos riquezas y privilegios. También fue el objetivo de un total de 638 intentos de asesinato de los servicios de inteligencia norteamericanos, frustrados en distintas fases de desarrollo por la eficiencia de la Seguridad cubana.
También fue Fidel quien, en abril de 2004, junto al líder de la Venezuela bolivariana, Hugo Chávez, abrió el camino de la integración latinoamericana al crear en La Habana de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), esfuerzo que fue sumando otras entidades como Petrocaribe, de amplia y positiva actividad en el campo energético, complementada entonces con la reestructuración de entidades como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la formación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y la fundación en 2011, en Caracas, Venezuela, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que, por encima de innegables diferencias y características propias de cada integrante, se desarrolla como un mecanismo de verdadera representatividad regional.
Tantas cosas son fruto de la obra de Fidel que no sería posible enumerarlas sin caer en el peligro de imperdonables omisiones, bastaría referirse a la respuesta popular luego de su muerte física cuando millones de gargantas gritaron “Yo soy Fidel”, como garantía de una continuidad que existirá mientras quede un cubano agradecido para empuñar sus banderas a cualquier costo.
Continuidad que él fue capaz de prever en vida y de formar cuadros capaces de llevar las riendas del país, con Raúl primero y con Miguel Díaz-Canel después, en medio del recrudecimiento de los ataques del imperio con su genocida bloqueo y una pandemia comparable a las mayores que ha sufrido el mundo de la cual salimos victoriosos, gracias a nuestros científicos y a la vacunación masiva de nuestro pueblo. Por todo ello, Fidel, seguimos en combate, seguros de que Venceremos.