
El 22 de diciembre de 1961 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dio la noticia al mundo de la culminación exitosa de la Campaña de Alfabetización. Cuba fue proclamada Territorio Libre de Analfabetismo y declarada ésta fecha como el Día del Educador.
Hace 64 años, ese día en la Plaza de la Revolución dijo Fidel: “Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así: batalla, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. Batalla que comenzaron los maestros, que prosiguieron los alfabetizadores populares, y que cobró extraordinario y decisivo impulso cuando nuestras masas juveniles, integradas en el ejército de alfabetización “Conrado Benítez”, se incorporaron a esa lucha”.
“Por llanos y montañas el brigadista va...” decía el himno que esos jóvenes, muchos de ellos adolecentes que nunca habían salido de sus casas y ciudades, entonaban constantemente. Llevaban en sus hombros con orgullo el emblema con el rostro de Conrado Benítez, un joven maestro voluntario asesinado por bandas contrarrevolucionarias, que poco después acabarían también con las vidas del brigadista Manuel Azcunce y el campesino Pedro Lantigua, antes de ser liquidadas por el Ejército Rebelde y las milicias.
Llegaron de todas partes los brigadistas a La Habana, en trenes de pasajeros o cañeros, en camiones u ómnibus, y ese día 22, con sus uniformes de brigadistas “Conrado Benítez” y sin gota de cansancio en sus juveniles rostros, se concentraron en la Plaza de la Revolución para declarar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo.
Un verdadero ejército de brigadistas había encabezado la proeza de reducir el analfabetismo en el país al 3,9 por ciento de su población total, el cual incluía a 25 mil haitianos en zonas agrícolas de Oriente y Camagüey quienes no dominaban el idioma español, a impedidos físico y mentales, y a personas de avanzada edad o deficiente salud, declarados no alfabetizables.
La población de La Habana, al llamado del líder de la Revolución, Fidel Castro, acogió en sus casas a los brigadistas y los acompañó muy temprano a ocupar sus puestos en la Plaza. Habían sido alfabetizados en menos de un año 707 mil cubanos, lo que colocó a nuestro país entre las naciones de más bajo índice de analfabetismo en el mundo.
Este extraordinario logro revolucionario fue obra de una poderosa fuerza, constituida en total por unos 100 mil brigadistas Conrado Benítez,121 mil Alfabetizadores Populares, 15 mil brigadistas Patria o Muerte y 35 mil maestros voluntarios, lo que hace un total de 271 mil educadores directos. Esto unido a dirigentes de Educación, cuadros políticos de los Jóvenes Rebeldes y trabajadores administrativos, elevan la impresionante cifra a un total de más de 300 mil participantes en la Campaña a tiempo completo.
Sólo la mitad de los niños en edad escolar asistían a clases antes del triunfo de la Revolución, por lo cual una de las primeras tareas emprendidas por el Gobierno Revolucionario fue la creación, en marzo de 1959, de la Comisión Nacional de Alfabetización y Educación Fundamental.
En cumplimiento del Programa del Moncada para el curso escolar 1960-1961 se crearon 15 mil aulas en las zonas rurales, en tanto que la matrícula alcanzaba la cifra total de un millón 118 mil 942 alumnos, pero se necesitaban muchos más maestros voluntarios y en muchas zonas no había escuelas.
El 22 de abril de 1960, Fidel expresó: "Necesitamos mil maestros que quieran dedicarse a enseñar a los niños campesinos. Hace falta que ellos nos ayuden para mejorar la educación de nuestro pueblo y para que los campesinos aprendan a leer y se hagan hombres útiles para cualquier tarea". Así surgieron los Maestros Voluntarios.
Meses después, en su discurso del 26 de septiembre de 1960, ante la Organización de Naciones Unidas, Fidel anunciaba: “en el próximo año, nuestro pueblo se propone librar su gran batalla contra el analfabetismo, con la meta ambiciosa de enseñar a leer y escribir hasta el último analfabeto".
El tercer año de la Revolución, 1961, fue decisivo para la historia del pueblo cubano. A la proclamación del carácter socialista de la Revolución, la victoria de Playa Girón y otros importantes acontecimientos se le sumó la exitosa Campaña de Alfabetización, que forjó a cientos de miles de jóvenes.
En respuesta a la afirmación de Fidel de que “esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia los otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo. ¡Eso es Socialismo!”, el grito de batalla de “lápiz, cartilla, manual, Alfabetizar, Alfabetizar” surgió espontáneamente en la Plaza.
“Fidel, dinos que otra cosa tenemos que hacer”, fue la nueva consigna coreada por cientos de miles de jóvenes quienes luego se convertirían en profesionales, científicos u obreros calificados, puntales de los logros de la Revolución, y que sus hijos, nietos y hasta biznietos actualizan hoy frente a los nuevos y más difíciles desafíos, seguros de seguir venciendo.