Fernando Ortiz Fernández, el Tercer Descubridor de Cuba

FO

Fernando Ortiz Fernández está considerado el tercer descubridor de Cuba, por sus investigaciones de las raíces histórico-culturales afrocubanas y sus aportes como antropólogo, etnólogo, jurista, arqueólogo, periodista, criminólogo, lingüista, musicólogo, folklorista, economista, historiador y geógrafo.
Después de Cristóbal Colón y Alejandro de Humboldt quienes difundieron en su época el nombre de la Isla, los historiadores colocan a Fernando Ortiz como imprescindible en el conocimiento de Cuba. Nació en La Habana el 16 de julio de 1881 y murió en esta misma ciudad el 10 de abril de 1969, pocos meses antes de cumplir 88 años, dejando una impresionante y multifacética obra.
El 16 de julio de 2019, en el 50 aniversario de su muerte, su obra fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación Cubana, acto que consagra el compromiso del Estado y de la Fundación que lleva su nombre, radicada en la Habana Vieja, con la custodia de su legado, así como con la preservación, promoción y difusión de su extensa obra entre las actuales y venideras generaciones.
Ortiz cursó estudios primarios en Menorca, Islas Baleares, donde obtuvo el título de Bachiller. Inició la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, la cual concluyó en la Universidad de Barcelona. Obtuvo el título de Doctor en Derecho en la Universidad de Madrid. Continuó estudios de Criminología en Italia, donde hizo amistad con César Lombroso y colaboró en su Revista Archivio di Antropologia Criminale, Psichiatria e Medicina Legale.
A partir de 1903 cumplió misiones en el servicio exterior de Cuba, en la Coruña, Génova, Marsella y París. En 1906 pasó a fungir como Abogado Fiscal de la Audiencia de La Habana. Obtuvo por oposición en 1909 la plaza de profesor en la Facultad de Derecho Público de la Universidad de La Habana, e impartió por nueve años las asignaturas de Derecho Constitucional y Economía Política. Obtuvo también la Cátedra de Etnografía Cubana en ese alto centro y formó parte del grupo de iniciadores de la Universidad Popular, en 1914.
En sus obras se destacan inquietudes políticas y sociolingüísticas. Fue Representante a la Cámara por una década, a partir de 1917. Entre 1931 y 1933 residió en Washington, donde hizo diversas actividades de denuncia contra el régimen dictatorial que Gerardo Machado había impuesto en Cuba.
Su posición en defensa de la causa de los negros, así como su reivindicación de la herencia indigenista, sitúan a Ortiz como un decidido representante del antirracismo en Cuba, muestra de lo cual puede apreciarse en su obra “El engaño de las razas”, preparada en 1944 y publicada dos años más tarde.
Realizó notables aportes sobre las culturas aborígenes de Cuba, reflejados en la Historia de la arqueología indocubana (1923) y Las nuevas orientaciones de la prehistoria cubana (1925). Sobre grupos étnicos de procedencia africana, merecen mencionarse sus obras: Los negros esclavos (1916), Glosario de afronegrismos (1924), La africanía de la música folklórica de Cuba (1952) y Los bailes y el teatro de los negros en el Folklore de Cuba (1953).
Creó y editó gran cantidad de revistas. Reanudó la publicación de la Revista Bimestre Cubana, en 1910, de la cual fungió como su director hasta 1959. Fue colaborador frecuente de numerosos órganos de prensa nacionales y extranjeros. Como jurista fue autor de numerosas obras, muchas de ellas traducidas a varios idiomas, la primera de las cuales Hampa Afrocubana apareció en 1906 prologada por César Lombroso. Especial importancia tuvo su Proyecto de Código Criminal Cubano, editado en 1926.
Representó a Cuba en numerosos eventos nacionales e internacionales, y durante la Sexta Conferencia Internacional Americana, que tuvo lugar en La Habana en 1928, intervino activamente en la construcción del Instituto Panamericano de Geografía. El 20 de octubre de 1943 fue fundador y presidente del Instituto Internacional de Estudios Afro-americanos, constituido durante el Primer Congreso Demográfico Interamericano en México.
Fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País a partir de 1907, y electo su presidente en 1923 y Socio de Mérito en 1931. También fue miembro de la Academia de la Historia de Cuba, de loa cual llegó a ser su presidente. Creó la Institución Hispanoamericana de Cultura, en 1936, la cual presidió hasta su desaparición. Fundó y presidió la Sociedad de Estudios Afrocubanos, en 1937, y el Instituto Cultural Cubano Soviético, en 1945.
Indagó y profundizó en los procesos de transculturación y formación histórica de la nacionalidad cubana. En 1940 en su obra fundacional Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, introduce el concepto de transculturación, considerado uno de sus mayores aportes a la antropología cultural mundial.
En 1952 inicia la publicación de la monumental obra en cinco tomos Los instrumentos de la música afrocubana. En 1959 publica La historia de una pelea cubana contra los demonios, primer volumen de la trilogía Defensa póstuma de un inquisidor cubano del siglo XVII.
Ortiz fue director de numerosas publicaciones periódicas y fundador de instituciones culturales que, a lo largo de su vida, contribuyeron a ampliar las concepciones no eurocéntricas de la antropología cultural y la historiografía en Cuba. La actual Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz surge como un espacio que permite a las Ciencias Sociales el estudio y debate del conocimiento producido o por producir y el desarrollo de investigaciones.
Ortiz recibió también múltiples condecoraciones y distinciones internacionales, como la medalla de socio de mérito de la Sociedad Económica de Madrid, en 1928; los títulos de Doctor Honoris Causa, en Humanidades por la Universidad de Colombia, en Etnografía por la Universidad de Cuzco, y en Derecho por la Universidad de Santa Clara. Su destacada obra como hombre de ciencias e investigador de trascendentales proyecciones humanas lo colocan, sin lugar a dudas, entre los grandes de la cultura universal.

 

Compartir:

Añadir nuevo comentario