Estados Unidos: 30 años ignorando la condena mundial al bloqueo a Cuba

Votación en ONU contra Bloqueo 2022

Como ya se ha hecho costumbre los gobiernos de Estados Unidos ignoran y desprecian olímpicamente la opinión de la casi totalidad de los países del mundo que, desde el 24 de noviembre de 1992, han condenado en cada sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas su criminal bloqueo contra Cuba.
Han pasado ya 30 años, siempre con los votos en contra de Estados Unidos e Israel, y la aprobación de la casi totalidad de los 193 estados miembros de la ONU en las condenas de la Asamblea General a este acto de genocidio, con muy pocas abstenciones o ausencias pese a las brutales presiones de los diplomáticos estadounidenses por obligarlos a secundar su criminal acción.
Sí, genocidio, porque el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba no es un "embargo", como eufemísticamente insisten en llamarlo los ocupantes de la Casa Blanca. Por el contrario, lo que aplica Washington desde hace 60 años contra Cuba se ajusta a los elementos cardinales del concepto de "bloqueo" en tiempos de guerra contra un país, que significa cortar, cerrar, incomunicarlo con el exterior para lograr la rendición del sitiado por la fuerza o por el hambre y esta prologada y extraterritorial  acción clasifica en la definición de “genocidio” aprobada por la propia ONU.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, ha recordado en el propio foro mundial la tipificación por la Convención de Ginebra de 1948 sobre este tipo de acto, a recordar que el bloqueo a la Isla “se trata de una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano, es una guerra económica de alcance extraterritorial contra un país pequeño, ya afectado en el período reciente por la recesión y la crisis económica global provocada por la pandemia, que nos ha privado de ingresos indispensables como los derivados del turismo”.
Está claro para el mundo, que el avieso propósito de las autoridades de Washington es ahogar al pueblo cubano, estimular protestas contra su gobierno por las dificultades que el bloqueo ha creado e intensifica cada día, en espera de un levantamiento popular condenado al fracaso por la voluntad y firmeza del pueblo cubano, decidido a ser soberano e independiente y llevar adelante una Revolución Socialista próspera y sostenible a 90 millas de sus costas.
El propio canciller cubano informó a los participantes este año en la Asamblea General de la ONU que, “entre agosto de 2021 y febrero de 2022, los daños ocasionados por el bloqueo a Cuba establecieron un récord, para solo siete meses, de 3 mil 806 millones de dólares. De no existir el bloqueo, en ese periodo nuestro pib pudo haber crecido un 4,5 por ciento”.
“Los daños acumulados en más de 60 años, agregó Rodríguez Parrilla, alcanzan los 154 mil 217 millones de dólares, a precios corrientes; y, al valor del oro, ascienden a un billón 391 mil 111 millones, un millón de millones 391 mil 111 millones.  ¿Cómo sería Cuba hoy, de haber contado con esos recursos? ¿Qué más podríamos haber hecho? ¿Cómo sería nuestra economía? Es imposible cuantificar la angustia generada por los apagones y la inestabilidad del servicio eléctrico, el desabastecimiento y largas colas para adquirir productos de primera necesidad, por los obstáculos a los proyectos de vida de las familias y, especialmente, de los jóvenes”, agregó.
Aun cuando es el pueblo cubano el que sufre este asedio sin precedentes en la historia de la Humanidad, es el gobierno de Estados Unidos quien ha quedado aislado en la comunidad internacional, por la prepotencia de los 12 ocupantes del Despacho Oval en Washington desde el 7 de febrero de 1962 en que el gobierno de John F. Kennedy amplió el cerco impuesto contra Cuba por su antecesor y lo convirtió en un bloqueo extraterritorial y multidimensional.
El 17 de diciembre de 2014 en una locución simultánea los presidentes de Cuba, Raúl Castro Ruz, y Barack Obama, de Estados Unidos, anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países. En esa ocasión Obama reconoció el fracaso de la política de bloqueo económico contra Cuba y la necesidad de realizar un cambio en este sentido, pero nunca implementó nada efectivo en su mandato y su entonces vicepresidente y actual mandatario de ese país, Joseph Biden, ha continuado y recrudecido el bloqueo.
Desde el gobierno de Dwight D. Eisenhower, a inicios de la Revolución Cubana, los sucesivos presidentes de Estados Unidos han fraguado planes de destrucción del proceso social que lleva a cabo la Revolución Cubana, y creado un entramado de leyes para intentar justificar legalmente una acción extraterritorial condenada año tras año por la comunidad internacional.
Frente a los oídos sordos de Washington al reclamo de Naciones Unidas y a las manifestaciones de pueblos y destacadas personalidades de muchos países, incluyendo Estados Unidos, los cubanos resisten, a pie firme, vencen la pandemia con sus propias vacunas y se empeñan en lograr un desarrollo sustentable pese al bloqueo y con el apoyo solidario de países de Europa, Asia, África, América Latina y El Caribe.

 

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