Ernest Hemingway, un norteamericano cuyo recuerdo vive en Cuba

Ernest Hemingway

Uno de los escritores considerados clásicos en la literatura de Estados Unidos es Ernest Miller Hemingway, quien murió en Idaho hace 63 años, el 2 de julio de 1961, y su obra está íntimamente ligada a Cuba donde escribió su novela El viejo y el mar con la cual ganó el Premio Pulitzer en 1953.
Es ese libro el que relata sus experiencias en el entonces pueblito de pescadores de Cojimar donde estaba atracado su barco “Pilar” en el cual salía a pescar Gregorio Fuentes, un pescador de origen español vecino del lugar que fue su fuente de inspiración y en cuya boca pone en el libro su famosa frase “el hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”. En Cojimar el escritor y periodista aficionado a la pesca acostumbraba almorzar en el restaurante La Terraza donde se conservó la mesa esquinera sobre la costa, reservada siempre para él y en cuya barriada existe desde 1960 un monumento a su memoria, de frente a su querido mar.
Una escultura de bronce a tamaño real del escritor se encuentra acodada en la barra del prestigioso restaurante habanero El Floridita, donde acostumbraba con frecuencia tomar un coctel “Daiquirí” al igual que un “Mojito” en la Bodeguita del Medio, el bar más famoso de la capital cubana. Su impronta en estos dos simbólicos lugares es algo buscado por todos los turistas que visitan la isla caribeña
Hemingway vivió en Cuba más de 20 años, adonde llegó por primera vez en 1928 acompañado de la segunda esposa de sus cuatro matrimonios, Pauline Pfeiffer, y se hospedó en el hotel Ambos Mundos, en la concurrida calle Obispo, donde se mantiene como reliquia su habitación. Fue su tercera esposa Martha Gellhorn, con quien estuvo casado hasta 1945, quien encontró a mediados de 1939 la finca La Vigía, en un pequeño bosque en la barriada San Francisco de Paula a unos 15 kilómetros al sureste del centro de La Habana, que el escritor compró en 12,500 dólares en 1940 con las primeras regalías de sus derechos de autor. Allí hizo una piscina y en ese tranquilo refugio escribió la mayor parte de Por quién doblan las campanas, novela sobre su experiencia en la guerra civil española. También allí escribió El viejo y el mar, publicado en 1951, libro que le valdría años más tarde obtener el Premio Nobel de Literatura.
Después del triunfo de la Revolución Cubana Hemingway mantuvo buenas relaciones con el nuevo gobierno y con su entonces Primer Ministro Fidel Castro Ruz, para quien presentó oficialmente el trofeo de pesca deportiva Hemingway en La Habana durante el verano de 1960.
En la finca Vigía vivió el escritor desde mediados de 1939 hasta 1960, año en que abandonó La Habana con intención de volver, pero se suicidó al año siguiente en su casa en Ketchum, Idaho, Estados Unidos, sufriendo varias dolencias físicas y una gran depresión.
Tras la muerte de Hemingway su cuarta esposa, Mary Welsh –-a quien conoció en Londres durante la Segunda Guerra Mundial, se mudó a la finca Vigía en 1946, se mantuvo allí hasta su muerte y la cedió en su testamento al gobierno cubano para convertirla en un museo el cual fue inaugurado en 1962. En el museo se conservan intactos su biblioteca con más de nueve mil libros, trofeos de caza, trajes de su época de reportero de guerra, sus muebles hogareños y otros recuerdos de la rutina de quien fue primero un gran periodista antes de convertirse en uno de los escritores más brillantes del siglo XX. Pero no están en el museo sus muchos gatos, los que ocupaban la torre hecha por su esposa adyacente a la casa para que se aislara al escribir y la que nunca usó.
Ernest Miller Hemingway nació en Oak Park, Illinois, Estados Unidos, el 21 de julio de 1899, en una familia acomodada, y vivió intensamente casi 62 años en los cuales tuvo tres hijos y cuatro esposas. Sus aventuras por el mundo, combinadas con su estilo narrativo, tuvieron gran influencia sobre la ficción del siglo XX y su imagen pública dejó huellas en las generaciones posteriores.
En 1921, a los 22 años, se casó con Hadley Richardson, la primera de sus cuatro esposas. Se estableció en París, como corresponsal extranjero, y asimiló la influencia de los escritores y artistas modernistas de la comunidad de expatriados, la llamada “generación perdida” de la década de 1920. Allí escribió su primera novela, Fiesta, publicada en 1926. Como periodista Hemingway estuvo presente en el desembarco de Normandía y en la Liberación de París, y en innumerables episodios de guerra y aventuras que marcaron su vida.
Poco después de la publicación de El viejo y el mar en 1952, Hemingway se fue de safari a África, donde estuvo a punto de morir en dos accidentes aéreos sucesivos que lo dejaron con dolores y problemas de salud gran parte del resto de su vida y que influyeron mucho en su estado depresivo y posterior suicidio.
Publicó siete novelas, seis recopilaciones de cuentos y dos ensayos. Póstumamente se publicaron tres novelas más, cuatro libros de cuentos y tres ensayos. Gran parte de su obra es considerada clásicos de la literatura de Estados Unidos, y en Cuba se le recuerda con el cariño de quien siempre la respetó y aportó a su historia episodios de su magnética personalidad y fama.

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