
El mayor general del Ejército Libertador Julio Sanguily Garrite nació el 9 de noviembre de 1845 en La Habana y en una acción considerada épica en Jimaguayú fue rescatado de las fuerzas españolas en una carga al machete por El Mayor Ignacio Agramonte.
El 12 de octubre de 1868, sólo dos días después de comenzada la Guerra de los Diez Años, Sanguily salió de La Habana rumbo a Nassau, en las Bahamas, para regresar de expedicionario a Cuba por La Guanaja, en la costa norte de la provincia de Camagüey, el 27 de diciembre de 1868, bajo las órdenes del General Manuel de Quesada. Posteriormente fue jefe de la escolta y ayudante de Quesada, entonces general en jefe del Ejército Libertador.
El 20 de julio de 1869 participó en el ataque a Puerto Príncipe, bajo las órdenes del mayor general Ignacio Agramonte, con grado de comandante. Luego siendo teniente coronel fundó, con un pequeño grupo, la Caballería de Camagüey.
El 4 de junio de 1870, en San Fernando de Pacheco, acompañado solamente por 15 jinetes atacó a una columna de unos 250 hombres de infantería y caballería. En ese encuentro le destrozaron el pie izquierdo con un disparo de fusil. A partir de ese momento, a causa de su invalidez, había que montarlo y desmontarlo del caballo en cada combate. Poco tiempo después el Mayor General Federico Fernández Cavada, jefe del Estado Mayor General, lo nombró jefe de Operaciones del sur del distrito de Camagüey.
El 8 de octubre de ese año fue capturado por el enemigo cuando se encontraba acompañado tan sólo por dos ayudantes, autorizado a reponerse de sus heridas en el rancho de una familia de colaboradores campesinos.
Uno de los dos escoltas de Sanguily pudo escapar y alertó al mayor general Agramonte del hecho y de que la tropa española, estimada entre unos 120 y 300 efectivos, al saber la importancia de su prisionero, emprendió la marcha hacia Puerto Príncipe donde le aguardaba a Sanguily un rápido consejo de guerra y el fusilamiento, según las prácticas habituales de los españoles.
Al conocer la información, Agramonte ordenó al entonces comandante Henry Reeve, El Inglesito, que junto a otros combatientes explorara y determinara el lugar donde estaba la columna española y, a su regreso, seleccionó a 35 combatientes con los que atacaría por sorpresa al enemigo.
Ante la cercanía de la columna española, El Mayor desenvainó el machete y arengó: “¡Compañeros! ¡En aquella columna enemiga va preso el general Sanguily y hay que rescatarlo vivo o muerto o quedar todos en la demanda!” y a continuación ordenó: “¡Corneta, toque a degüello!”.
Los mambises siguieron a todo galope tras su jefe, que como siempre fue el primero en batir a los soldados de la metrópoli, los cuales poco pudieron hacer ante la inesperada embestida que no les dio tiempo para establecer su defensa y muchos cayeron muertos o heridos en los primeros minutos.
Cuenta la historia que Sanguily iba atado a la cabalgadura de un sargento y vestido con uniforme español, y para evitar que sus compañeros lo tomaran por enemigo gritó ¡Viva Cuba Libre! y trató de dirigirse al bando cubano, ante lo cual recibió un disparo en la mano derecha. Fue salvado a machetazos del español que iba a rematarlo y sacado en la grupa de un caballo mambí.
Al regresar a su tropa, Agramonte, muy emocionado, estrechó en un fuerte abrazo a Sanguily y cuando hablaba del combate decía que sus soldados no pelearon como hombres, sino que lucharon como fieras.
Sobre ésta legendaria hazaña el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, dijo el 11 de mayo de 1973 durante la velada por el centenario de la caída de Ignacio Agramonte: “…Y si queremos saber cómo deben ser nuestros tanques en la hora del combate: ¡deben ser como la caballería camagüeyana de Ignacio Agramonte en el rescate de Sanguily!”. Desde entonces las torretas de los blindados cubanos llevan la imagen de un jinete mambí con el machete en alto.
El 1 de mayo de 1872, la Cámara de Representantes le confirió a Sanguily el grado de mayor general, y el 3 de marzo de 1873 fue nombrado segundo jefe de la División Camagüey. El 11 de mayo de 1873, al caer Ignacio Agramonte en Jimaguayú, quedó al frente de la División hasta el 9 de julio de ese año en que le entregó el mando al mayor general Máximo Gómez, quien lo ratificó como segundo jefe.
Sanguily combatió a las órdenes de Gómez en los combates de La Sacra, Palo Seco, de nuevo en Jimaguayú, Naranjo-Mojacasabe y Las Guásimas, e invadió, en enero de 1875 a Las Villas, donde, entre otras acciones, participó en el combate de combate de San Antonio del Jíbaro y en Sancti Spíritus.
El 28 de febrero de 1876 tuvo actuación relevante en el Combate de Loma del Jíbaro (Cafetal de González), donde resultó herido y, un mes más tarde, junto al general de brigada Henry Reeve, libró el combate de La Crimea. Debido a intrigas de los villareños que no lo aceptaron como jefe, renunció a sus cargos y regresó a Camagüey, el 3 de marzo de 1876. A finales de ese año, el Gobierno en Armas le encomendó viajar a Estados Unidos en unión de su hermano, el coronel Manuel Sanguily, con el objetivo de rehabilitarse de las secuelas de las heridas y colaborar en los preparativos de una expedición.
Años más tarde regresó a Cuba donde siguió conspirando y el 24 de febrero de 1895 fue hecho prisionero por los españoles en La Habana, y remitido a los tribunales donde el Cuerpo de Voluntarios clamaba por la pena capital. El 27 de noviembre de 1895 fue condenado a cadena perpetua y por múltiples gestiones realizadas, que incluyeron la intervención del Gobierno de Estados Unidos de cuyo país se había hecho ciudadano, se aprobó su indulto, el 25 de febrero de 1897, con el compromiso firmado por él de que no podía participar en la guerra. Dos días después partió hacia Estados Unidos. Al llegar a Nueva York se presentó ante la delegación cubana para ser alistado lo que fue denegado.
Cuando aún reclamaba su envío a Cuba, Estados Unidos declaró la guerra a España el 20 de febrero de 1898, lo que motivó la nulidad del compromiso. Entonces se enroló en la expedición del vapor Florida, bajo el mando del general de división José Lacret Morlot, y desembarcó por Banes, provincia de Oriente, el 26 de mayo de 1898. Le fue reconocido el grado de mayor general y terminó la guerra con categoría de jefe excedente. Durante la República no intervino en la política ni ocupó cargos públicos. Murió en La Habana, el 23 de marzo de 1906.
En el momento en que se aprestaba a rematarlo, fue ultimado por un oportuno machetazo, mientras al brigadier lo sacaron las huestes mambisas del campo enemigo en la grupa de un caballo.
Los cubanos literalmente entraron por el frente de la columna española ysalieron por el otro extremo con Sanguily. Tras de ellos quedó una diezmada y desmoralizada tropa que los cuadriplicaba y a la que le hicieron 11 bajas mortales y capturaron decenas de caballos, monturas, una tienda de campaña y una buena cantidad de proyectiles, revólveres y sables.
Esa victoria fue divulgada primero de boca en boca por sus protagonistas y después recogida en las primeras crónicas de nuestras gestas de independencia.
La batalla pasaría a la historia como el Rescate de Sanguily, una de las mayores proezas del Ejército Libertador que en su aniversario 148 se recuerda como un legado que convoca.
Julio Sanguily Garrite (La Habana, 9 de noviembre de 1845 - La Habana, 23 de marzo de 1906). Mayor General del Ejército Libertador.
El 12 de octubre de 1868, dos días después de comenzada la Guerra del 1868, salió de La Habana rumbo a Nassau, en las Bahamas, para venir de expedicionario en la goleta Galvanic, que desembarcó en la península de La Guanaja, en la costa norte de la provincia de Camagüey, el 27 de diciembre de 1868, bajo las órdenes del General Manuel de Quesada. Posteriormente fue jefe de la escolta y ayudante de Quesada, entonces general en jefe del Ejército Libertador.
El 20 de julio de 1869 participó en el ataque a Puerto Príncipe, bajo las órdenes del mayor general Ignacio Agramonte, con grado de comandante. Siendo teniente coronel fundó, con un pequeño grupo, la Caballería de Camagüey.
El 1 de enero de 1870 tomó parte en el combate de Minas de Juan Rodríguez (Tana), en Guáimaro, dirigido por el mayor general Thomas Jordan.
El 4 de junio de 1870, en San Fernando de Pacheco, acompañado solamente por 15 jinetes atacó a una columna de unos 250 hombres de infantería y caballería. En ese encuentro le destrozaron el pie izquierdo con un disparo de fusil. A partir de ese momento, a causa de su invalidez, había que montarlo y desmontarlo del caballo en cada combate. Poco tiempo después el Mayor General Federico Fernández Cavada, jefe del Estado Mayor General, lo nombró jefe de Operaciones del sur del distrito de Camagüey.
El 8 de octubre de ese año fue sorprendido por el enemigo cuando se encontraba acompañado tan sólo por dos ayudantes. Lo hicieron prisionero y, horas más tarde fue rescatado por un grupo de 35 jinetes bajo el mando de Agramonte. En esa épica acción resultó herido en la mano derecha. Con Gómez participó en los combates de La Sacra, Palo Seco, el segundo de Jimaguayú, Naranjo-Mojacasabe y Las Guásimas. Con el grado de segundo jefe de la columna invadió, en enero de 1875, a Las Villas, donde, entre otras acciones, participó en el combate de combate de San Antonio del Jíbaro y el ataque a Sancti Spíritus.
El 28 de febrero de 1876 tuvo actuación relevante en el Combate de Loma del Jíbaro (Cafetal de González), donde resultó herido y, un mes más tarde, junto al general de brigada Henry Reeve, libró el combate de La Crimea. Debido a las intrigas de los villareños que no lo aceptaron como jefe, renunció a sus cargos y regresó a Camagüey, el 3 de marzo de 1876. A finales de ese año, el Gobierno lo comisionó para que saliera hacia Estados Unidos en unión de su hermano, el coronel Manuel Sanguily, con el objetivo de que se rehabilitara de las secuelas de las heridas y colaborase en los preparativos de una expedición, en coordinación con la delegación de Cuba en ese país. Salió en un bote conducido por el coronel Juan Luis Pacheco, por un punto cercano a Santa Cruz del Sur, con rumbo a Jamaica, adonde llegaron el 23 de enero de 1877. Desde allí envió algunos pertrechos. En Nueva York organizó una expedición que debía salir a bordo del vapor Stelle. La denuncia hecha por el embajador de España motivó que las autoridades estadounidense detuvieran a los involucrados en el hecho, incluido él. Cuando realizaban las reclamaciones correspondientes lo sorprendió la firma del Pacto del Zanjón. Concertada la paz, viajó a España; pero retornó poco después a Estados Unidos.
Grados militares
Por su actuación en el combate de Canalito, poco después del desembarco de la goleta Galvanic, fue ascendido al grado de sargento; comandante; siendo teniente coronel. El 24 de febrero de 1870 fue ascendido a coronel. El 1 de mayo de 1872, la Cámara de Representantes le confirió el grado de Mayor General, y el 3 de marzo de 1873 fue nombrado segundo jefe de la División Camagüey. El 11 de mayo de 1873, al caer Ignacio Agramonte en Jimaguayú, quedó al frente de la división hasta el 9 de julio de ese año en que le entregó el mando al mayor general Máximo Gómez, quien lo ratificó como segundo jefe. En diciembre de 1874, Gómez lo designó Segundo Jefe de la columna. Fue nombrado jefe de la Primera División, segundo jefe del Tercer Cuerpo de Las Villas y segundo jefe del Departamento Occidental simultáneamente, bajo las órdenes de Gómez. Del 1 de junio de 1875 al 15 de julio de 1875 sustituyó a Gómez en la jefatura del Tercer Cuerpo.
Tregua fecunda y Guerra de 1895
Años más tarde regresó a Cuba, donde tuvo una destacada participación en la frustrada Conspiración Paz del Manganeso, en 1890. En esta etapa conspirativa, en que empleaba el seudónimo de Genef, se plantea que por la actitud singular y controvertida asumida por él, José Martí dispuso que fueran compartimentados, de manera que no llegaran a su conocimiento, los datos más confidenciales de la última fase de preparación del alzamiento y la llegada a Cuba de los jefes principales.
En la mañana del 24 de febrero de 1895 fue hecho prisionero por los españoles, en la ciudad de La Habana, y remitido a los tribunales. El proceso judicial se realizó bajo presión del Cuerpo de Voluntarios, que clamaba por la pena capital. No obstante, el 27 de noviembre de 1895 fue condenado a cadena perpetua. Por las múltiples gestiones realizadas, que incluyeron la intervención del Gobierno de Estados Unidos ―porque hacía años que se había hecho ciudadano de ese país― se logró la aprobación del indulto, el 25 de febrero de 1897. De inmediato fue puesto en libertad con el compromiso, firmado por él, de que no podía participar en la guerra. Dos días después partió hacia Estados Unidos en el vapor Mascotte. Al llegar a Nueva York se presentó ante la delegación cubana para ser alistado. El delegado Tomás Estrada Palma, después de consultar con el Consejo de Gobierno de Cuba, le denegó tal petición, porque la violación del compromiso contraído podía perjudicar la gestión diplomática con Estados Unidos, garante de dicho compromiso. Cuando aún reclamaba su envío a Cuba, Estados Unidos declaró la guerra a España (20 de febrero de 1898), lo que motivó la pérdida de vigencia del compromiso. Entonces se enroló en la expedición del vapor Florida, que bajo el mando del general de división José Lacret Morlot, desembarcó por Banes (provincia de Oriente), el 26 de mayo de 1898. Le fue reconocido el grado de mayor general y terminó la guerra con categoría de jefe excedente. Durante la República no intervino en la política ni ocupó cargos públicos.
Grados militares
En la preparación de la Guerra del 1895 fue designado Jefe del Levantamiento de la provincia La Habana y estaba previsto que se pusiera al mando de las provincias occidentales (Pinar del Río, La Habana y Matanzas), en caso de que se lograra iniciar la lucha en toda la región.
Muerte
Murió en la ciudad de La Habana, el 23 de marzo de 1906.