El llamado de Fidel a creer en los jóvenes marcó toda su vida

Fidel y los Jóvenes

Para el eterno líder de la Revolución Cubana, Comandante Fidel Castro Ruz, quien derrotó al frente del Ejército Rebelde con 33 años a poderosas fuerzas de la tiranía apoyada por el gobierno de Estados Unidos, el contacto con los jóvenes y su llamado al combate fue un estilo permanente durante toda su vida.
Él mismo explicaría esa conducta en fecha tan temprana como el 4 de abril de 1962, al clausurar en el Estadio Latinoamericano el Primer Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), que aprobó con entusiasmo y conciencia su cambio de nombre a Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
“Para nosotros, comenzó diciendo entonces, los que les llevamos un poco de años a ustedes, este acto tiene especial significación, porque es como una cristalización de lo que la Revolución quiere, es como si se cristalizara la esperanza de la Revolución”. Y explicaría más adelante “(…) Porque hacemos Revolución por ustedes y podemos hacer Revolución con ustedes”.
“A nosotros nos ha correspondido el privilegio o el derecho de empezar a hacer esa Revolución, a nosotros nos ha correspondido la oportunidad de comenzar.  A ustedes sí que les corresponderá el privilegio de llevarla adelante”, agregó.
“Por todo lo que han hecho los jóvenes, por todo lo que han hecho en la historia de nuestra Patria, por todo lo que han hecho en la historia de nuestra Revolución, es por lo que nosotros creemos en los jóvenes, creemos en los jóvenes, creemos en los jóvenes —y lo repito— porque creer en los jóvenes significa una actitud, creer en los jóvenes significa un pensamiento”, enfatizó ante un estadio enardecido.
A 61 años de ese momento corresponde recordar ese llamado, esa tarea histórica reiterada por Fidel a la juventud cubana el 23 de junio del 2007, conscientes de que “si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes”.
Esa confianza, ese llamado a creer en los jóvenes, fue una conducta que marcó toda su vida. Porque, como afirmó Fidel el 4 de abril de 1962, “creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas!”
Y la juventud cubana siempre ha sabido demostrar que es merecedora de esa confianza. Sudor y sangre joven fue sembrada en todas nuestras guerras, primero por la independencia y luego por la liberación de las tiranías de Gerardo Machado y Fulgencio Batista, frente a la invasión mercenaria por Playa Girón, en las trincheras durante la Crisis de Octubre, en las “limpias” de la Lucha contra Bandidos. La juventud, en campos y montañas, hizo posible la Campaña de Alfabetización, los estudiantes secundarios fueron protagonistas de la recogida de café en 1962, y fueron en su mayoría jóvenes quienes lucharon en África por la liberación de Angola y la derrota del Apartheid, los de misiones internacionalistas en numerosos países, y también en el frente interno son muchas veces quienes lideran la batalla por la eficiencia en la producción y los servicios, las campañas de ahorro y han hecho posible la conversión de Cuba en un país de hombres y mujeres de ciencia al servicio de la Humanidad.
Somos vencedores de una pandemia mundial que aún continúa cosechando víctimas, enfrentados a una crisis económica agravada y al costo acumulado en Cuba por 61 años de privaciones, impuestas desde el propio inicio del bloqueo para cortar las esperanzas de un mundo mejor, sembrar el desaliento, frustraciones y dudas, especialmente en la juventud que ha crecido entre esas limitaciones.
Es cierto que al bloqueo externo se suman en lo interno el burocratismo, la ineficiencia, las ilegalidades, insensibilidad de algunos funcionarios y la corrupción de inescrupulosos que pretenden lucrar con las necesidades de la población, pero a combatir todo eso con firmeza, esperanza y valentía llamó nuestro Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y ese llamado está dirigido en primer lugar a los jóvenes, como el destacamento de vanguardia.
“¿A qué le vamos a temer?, ¿a qué le podemos temer? Dediquémonos a trabajar y veremos cómo le vamos a encontrar las soluciones, que nadie las tiene aquí, nosotros no las tenemos; pero sí tenemos la seguridad de que con ustedes las vamos a encontrar”, aseguró Fidel en 1988 y de seguro, poniendo el corazón en la obra de cada día, pensando en la Patria y con la juventud al frente en esta batalla decisiva vamos a salir nuevamente vencedores.

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