El Día del Miliciano, un pueblo uniformado para defender la Patria

El Día del Miliciano

En vísperas de la invasión mercenaria y en el entierro de los muertos por el bombardeo criminar a aeropuertos cubanos, el Comandante en Jefe Fidel Castro proclamó el carácter socialista de la Revolución ante miles de obreros y campesinos con fusiles en alto y en la fecha se instauró el Día del Miliciano

Era el 16 de abril de 1961, hace 64 años, y toda Cuba se movilizaba para rechazar la segura invasión. En calles y ciudades se veía el intenso ajetrear de hombres, mujeres y jóvenes con pantalón verde olivo y camisa manga larga de mezclilla azul que acudían presurosos a sus puntos de contacto.

Los obreros de más edad quedaron a cargo de proteger sus centros de trabajo, en las cooperativas y nacientes granjas del pueblo la milicia campesina ponía a resguardo los animales, tractores y herramientas. Los estudiantes universitarios se movilizaron con sus batallones de milicias y los estudiantes secundarios se acuartelaron en los centros estudiantiles para recibir entrenamiento de armas.

La invasión era cosa de horas. Luego se supo que el 15 de abril de 1961 la agrupación naval mercenaria ya navegaba rumbo a las costas del sur cubano, hacia Playa Girón y Playa Larga en la Ciénaga de Zapata, escoltada por buques de la Marina de Guerra de Estados Unidos. Ese mismo día ocho bombarderos B-26 pintados con insignias de la Fuerza Aérea cubana, bombardearon dos bases de la aviación y un aeropuerto civil.

A las 01:30 horas de la madrugada del día 17 de abril comenzó el desembarco mercenario de la denominada Brigada 2506, con estructura similar a las unidades de asalto anfibio de Estados Unidos y unos mil 500 efectivos, fuertemente armados, con tanques, artillería de campaña, y treinta aviones.

Pese a su poderío militar, a las 17:30 horas del 19 de abril la invasión estaba totalmente derrotada por las tropas conjuntas del Ejército Rebelde, la Policía Nacional, las Milicias Nacional Revolucionarias, la naciente Fuerza Aérea Revolucionaria, los primeros grupos de tanques, la artillería antiaérea con los famosos “Cuatro bocas” y las escuelas militares, con la seguridad de que el Comandante en Jefe, Fidel Castro, estaba al frente de los combates y en cumplimiento de la consigna de defender la Revolución Socialista.

La invasión tuvo un elevado costo para el pueblo cubano, en la cual murieron 176 de sus hijos, 300 resultaron heridos y 50 discapacitados. Para las milicias fue su bautizo de fuego, en el que demostraron el poder de un pueblo armado decidido a defender sus conquistas al grito de Patria o Muerte.

En fecha tan temprana como el 26 de octubre de 1959, a sólo 10 meses del triunfo del 1 de enero de ese año, y consciente de que la defensa de la Patria constantemente agredida es el primer deber de todo hijo digno de ella, el Gobierno Revolucionario convocó entonces al pueblo cubano a formar parte de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

Progresivamente a partir de ese día se comenzaron a abrir centros de inscripción en ciudades y poblados. Largas filas de personas de inmediato acudieron a ellas, incluyendo jóvenes, a muchos de los cuales aún no les despuntaba la barba, todos reclamando su puesto para defender a la Isla de las amenazas de agresión militar provenientes de Estados Unidos y la protección de objetivos civiles contra acciones de grupos terroristas.

El origen de esa decisión se remite a fines de agosto de 1959 cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro fue a la provincia de Pinar del Río para fundar la primera Granja del Pueblo en Viñales. Informado Fidel de la existencia de una banda de alzados que realizaban sabotajes y atentados dirigida por un prófugo de la justicia revolucionaria, pidió reunir a 12 campesinos de la región a quienes propuso organizarse, armarse y operar contra ellos. Leandro Rodríguez Malagón, a quien todos conocían por su segundo apellido, fue designado jefe de la patrulla conocida desde entonces como Los Malagones.

Durante el mes de septiembre se entrenaron en el Campamento Militar de Managua. A fines de ese mes, Fidel dio por concluido el curso y les planteó la misión: capturar a la llamada banda del cabo Lara, en un plazo no mayor de tres meses. Fundamentó la orden señalando que ellos conocían el terreno, a los habitantes, a los alzados y poseían las condiciones físicas y cualidades morales necesarias para derrotarlos. Cuando los despidió, les expresó: "Malagón, si ustedes triunfan habrá milicias en Cuba."

Los primeros milicianos sólo necesitaron unas dos semanas para capturar a los contrarrevolucionarios. Los Malagones se convirtieron en modelo para organizar en toda Cuba un ejército multitudinario sin precedentes en la historia de la defensa del poder revolucionario, el cual se cubrió de gloria infringiéndole a Estados Unidos en Playa Girón su primera gran derrota en América.

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