El Canciller de la Dignidad Raúl Roa García a 117 años de su nacimiento

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Su carismática figura, delgada y enérgica, se convirtió en los foros internacionales en un símbolo de la Revolución encabezada por Fidel Castro Ruz, y sus contundentes denuncias sobre los preparativos de Estados Unidos para invadir a Cuba validaron a Raúl Roa García como el Canciller de la Dignidad.
Roa nació en el barrio capitalino de La Víbora el 18 de abril de 1907 en una familia   de terratenientes venidos a menos. Su padre, Raúl, un modesto empleado público era hijo del mambí Ramón Roa, Teniente Coronel del Ejército Libertador y ayudante del Mayor General Ignacio Agramonte en 1868, quien fue siempre su paradigma, y de su madre María Luisa recibió cariño y ternura infinita.
El joven Raúl era alto, delgado, simpático, nervioso, buen amigo, e infatigable lector de los clásicos libros juveniles. Le gustaban la pintura y el juego de pelota en que se destacaba como primera base, aunque era mal bateador.
En sus 75 años de vida, hasta su muerte el 6 de julio de1982, Roa fue escritor, polemista, profesor, historiador, político y diplomático cubano. Participante activo de las protestas contra la dictadura de Gerardo Machado confesaría años después que "descubrí que era revolucionario el día que me sentí disconforme con el mundo restante y anhelé uno más justo y bello: Julio Antonio Mella contribuyó decisivamente y acaso también el sedimento inconsciente de mi progenie mambí, a la sombra iluminada de mi abuelo, Ramón Roa".
Desde 1923 se vinculó al Movimiento Revolucionario Estudiantil que organizara y dirigiera Julio Antonio Mella. En 1925 ingresó en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana y en 1926 va a prisión, por organizar una protesta contra la intervención norteamericana en Nicaragua. A los 18 años escribe su primer artículo titulado "Ensayo sobre José Martí" de cuya obra fue siempre un gran estudioso y donde se aprecia ya su madurez política.
En 1927 conoce a Rubén Martínez Villena, quien logra sensibilizarlo aún más con los problemas sociales y participa como profesor con otros jóvenes antiimperialistas y revolucionarios en la Universidad Popular José Martí. Fue miembro de la Liga Antiimperialista. De 1928 a 1929 participa como alumno ayudante de la Cátedra de Sociología y ese mismo año pasa a ser profesor de doctrinas sociales de la Escuela Privada de Derecho.
Miembro fundador del Directorio Estudiantil Universitario de 1930, en 1931 fundó con Gabriel Barceló, Pablo de la Torriente Brau y otros el Ala Izquierda Estudiantil. En esta organización, mucho más radical, se posiciona más claramente sobre la necesidad de la lucha por la soberanía de Cuba y en contra del imperialismo.
Entre 1931 y 1933 sufrió dos veces la cárcel; en el Presidio del Castillo del Príncipe, en La Cabaña, y en el Presidio Modelo en Isla de Pinos. En 1933 sale del presidio, donde escribe el Manifiesto al pueblo de Cuba, avizora las consecuencias de la mediación y participa destacadamente en la Huelga General de 1933 que derroca del poder a Gerardo Machado.
A la caída de la tiranía machadista, en agosto de 1933, fue miembro de la Comisión mixta depuradora universitaria y delegado estudiantil a la Comisión de Estatutos de la Universidad de la Habana. En marzo de 1935 se lanza a las calles en la huelga, y es apresado y exiliado en los Estados Unidos. Se casó por poder con su novia, la médica Ada Kourí Barreto (1917-2005), de 18 años, y ella viajó a Nueva York a reunirse con él. En Nueva York cursó estudios de posgrado en la Universidad de Columbia y en la New School for Social Research de Nueva York.
En 1936 funda la Organización Revolucionaria Cubana Antiimperialista a la que representó en la conferencia de Frente Único celebrada en Miami. Después de regresar a Cuba prosiguió sus tareas revolucionarias y dio su aporte a la lucha en defensa de la República Española. En 1940 fue profesor titular de Historia de las Doctrinas Sociales y de Filosofía Social en la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho Público de la Universidad de la Habana, de la que fue vicedecano y con posterioridad decano. En 1944 fue delegado de la Universidad de la Habana al I Congreso Histórico Municipal Americano.
De 1945 a 1946 estuvo becado en la John Simon Guggenheim Foundation para estudiar los fundamentos y Proyecciones económico-político-sociales del New Deal. En 1947 asistió a la Conferencia Internacional de Universidades de Ámsterdam. Desde 1948 fue Director de Cultura del Ministerio de Educación, financió la publicación de importantes libros, subvencionó al Ballet de Alicia Alonso, y echó a andar un movimiento de puestas teatrales, salones de plástica y humorismo. Fue Delegado de Cuba a la Asamblea General de la UNESCO en París en 1951. En 1952, participó en la Conferencia de las Universidades Latinoamericanas de Santiago de Chile y en el VI Congreso de Literatura Iberoamericana celebrado en México en ese mismo año.
Al producirse el golpe militar de Fulgencio Batista en marzo de 1952 fue forzado de nuevo al exilio en México, donde fue profesor extraordinario de la Universidad de Nuevo León y director de la revista "Humanismo".
Al triunfo de la Revolución cubana el 1 de enero de 1959 fue embajador de Cuba ante la OEA y luego se le designó como Ministro de Estado (llamado luego de Relaciones Exteriores) el 12 de junio de 1959, cargo que ocupó brillantemente hasta 1976. Esta etapa se caracterizó por la política de Guerra fría, una situación internacional de equilibrio de poder por la existencia del bloque socialista, el poderío alcanzado por la Unión Soviética y el desarrollo de su capacidad militar y espacial, que sirvió de sustento al auge alcanzado por los movimientos de liberación nacional que trajeron consigo la independencia de muchos países del Tercer Mundo sometidos hasta entonces al yugo colonial.
Desde su fundación Roa fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Fidel Castro tuvo en él un intérprete idóneo de sus concepciones sobre la diplomacia revolucionaria, a la que Roa le insufló su energía vital, su brillante y potente intelecto y la pasión revolucionaria, para adoptar decisiones rápidas y correctas ante situaciones no previstas surgidas ante las acciones enemigas.
A la lucha por la independencia de los pueblos de Asia, África y América Latina dedicó también Roa sus mejores esfuerzos. Le tocó presidir la Primera Conferencia Tricontinental, efectuada en La Habana en enero de 1966, de la cual surgió la Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAAL).
A los jóvenes de su Ministerio les advirtió de la necesidad de aprender de los veteranos, cuyas experiencias y conocimientos eran invaluables, y son muchas las anécdotas sobre Roa, entre ellas la vez que llegó un embajador foráneo a verlo en mangas de camisa y él lo recibió en camiseta al tiempo que le advirtió: “la próxima vez que usted venga en mangas de camisa, lo recibiré en calzoncillos”.
Así era Roa, buen trato y respeto para todos, pero intransigente en exigir el debido respeto a su país. Era el ministro que se preocupaba por ayudar si alguien tenía un familiar enfermo, o hacía bromas como disputar un mango caído durante un trabajo voluntario. Pero también el que plantó firme su posición en Costa Rica en una reunión de la OEA en agosto de 1960 cuando vio la falta de eco ante sus denuncias de la inminente agresión de Estados Unidos y anunció firmemente al plenario: “Me voy con mi pueblo y con mi pueblo se van también los pueblos de nuestra América”. ... Afuera una multitud gritaba ¡Cuba sí, yanquis no!». Y a partir de entonces, en Montevideo y Santiago de Chile; en El Cairo y Argel; en los barrios negros y latinos de Nueva York; en su Habana, cuando retornaba triunfal a la Patria; muchedumbres lo vitorearon como el Canciller de la Dignidad. Y así estará siempre su recuerdo y homenaje en el corazón del pueblo cubano.
 

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