El Bloqueo a Cuba, ¿justificación o criminal genocidio?

NU 4

La recrudecida campaña mediática de la prensa opositora a la Revolución pretende sembrar la matriz de opinión de que el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace 60 años es una justificación a la ineficiencia gubernamental, pero valdría la pena preguntarles si algún otro país hubiera sido capaz de resistir tan prolongada y cruel guerra.
Sí, guerra, porque el llamado eufemísticamente “embargo” por los gobiernos de Washington no es otra cosa que una brutal guerra económica, comercial y financiera de la mayor potencia del mundo, contra una pequeña isla que se ha empeñado en defender a cualquier precio su independencia y soberanía.
Las cifras muchas veces son frías, pero en nuestro país el pueblo tiene suficiente nivel escolar para comprender lo que significan. Bastaría decir que, en sólo en los primeros siete meses de 2021, el bloqueo ocasionó pérdidas a Cuba por 2 mil 557,5 millones de dólares. Esto representa una afectación promedio de más de 365 millones de dólares mensuales y más de 12 millones de dólares diarios.
Para tener una idea de lo que ha significado para el pueblo de la Isla la acumulación de estos 60 años de bloqueo, bastaría decir que, a precios corrientes, los daños acumulados durante estas seis décadas ascienden a 150 mil 410,8 millones de dólares. Tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de un billón 326 mil 432 millones de dólares, es decir un millón de millones 326 mil 432 millones de dólares.
Por su declarado propósito y el andamiaje político, legal y administrativo en el que se sustenta, el bloqueo califica como un acto de genocidio, en virtud de la Convención para la Prevención del Delito de Genocidio de 1948.
El informe oficial cubano aclara que “en las causas de la relativa disminución del monto de las afectaciones ocasionadas por el bloqueo entre enero y julio de 2021, en comparación con las registradas en la etapa anterior, se encuentra el cierre total de fronteras como consecuencia de la COVID-19, que impidió completamente el desempeño del turismo en este periodo; así como las tensiones financieras enfrentadas por el país ante la necesidad de destinar cuantiosos recursos adicionales, no previstos, para combatir la pandemia, lo que incidió en una contracción notable de las actividades de comercio exterior de Cuba en el periodo analizado”.
Y agrega que “desconociendo sus propias promesas electorales, el gobierno demócrata ha dejado intactas las más de 240 medidas coercitivas unilaterales adicionales aplicadas contra Cuba por su predecesor, Donald Trump”, lo que se añade a la introducción espuria de la Isla entre los países patrocinadores del terrorismo, por servir de sede a las negociaciones de paz en Colombia.
En la etapa analizada, la incesante persecución del gobierno de Estados Unidos contra las transacciones financieras que involucran a Cuba ha afectado prácticamente a todos los sectores de la economía. Este asedio ha provocado cierres y/o incumplimientos de contratos, pérdida de relaciones con entidades financieras que habitualmente trabajaban con entidades cubanas, endeudamientos, demoras en el envío y recepción de fondos y mercancías, entre otras dificultades.
Las afectaciones del bloqueo a la compra de pienso, vacunas y otros insumos necesarios para incrementar la producción avícola en Cuba, obligan a continuar importando carne de pollo de Estados Unidos, autorizadas por la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de 2000, pero condicionada al pago en efectivo por adelantado y sin ningún crédito.
Al mismo tiempo que exige el fin del bloqueo, el gobierno cubano desarrolla una intensa campaña por la eficiencia empresarial, cerrar todas las brechas de corrupción e ilegalidades, el burocratismo, la justificación de deficiencias internas y la impunidad de los responsables de cualquiera de estos hechos.
Si Usted amigo lector fuera un país y necesitara comprar algo, seguramente lo intentaría adquirir en su frontera más cercana. No puede. Esa frontera es Estados Unidos y el bloqueo no se lo permite. Entonces intentaría adquirir un producto similar en otro país de América, Europa o Asia. Tampoco se lo permiten si tiene un 10 por ciento o más de componentes estadounidenses. Supongamos que finalmente consigue comprarlo, pero, para pagarlo tiene que hacerlo mediante un crédito o a través de una transferencia bancaria. Tampoco puede, porque el Departamento del Tesoro de Estados Unidos aplica multas millonarias a cualquier banco que se atreva a hacerlo, en cualquier país y confisca ilegalmente cualquier transferencia. Sólo le queda entonces buscar adquirirlo en mercados de países que rechazan el bloqueo y son capaces de desafiarlo, aunque resultan más caros y queden muy lejos de El Caribe.
Otra cosa es, si finalmente consigue comprar lo que necesitaba, el conseguir algún medio, aéreo o marítimo, dispuesto a transportarlo hasta Cuba, pues el bloqueo impone severas sanciones a los que se atreven a hacerlo y encarece varias veces el costo normal a los que se arriesgan a que a su buque, naviera o línea aérea le prohíban entrar durante seis meses a Estados Unidos.
¿Extraterritorial? Claro, ese es el bloqueo, que constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todas las cubanas y cubanos, de los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas para las relaciones entre Estados y por la Organización Mundial del Comercio.
Durante este período, e ignorando olímpicamente el rechazo de la casi totalidad de los países del mundo al bloqueo en 29 votaciones consecutivas en la Asamblea General de la las Naciones Unidas desde 1992, se registraron alrededor de 90 acciones y medidas económicas coercitivas impuestas por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, con la intención de intervenir en los asuntos internos del país y en franco menoscabo de la libertad de comercio y navegación internacionales.
En buen cubano, es la obsesión de quien se cree en Washington el policía del mundo y no se resigna a que un pequeño país se le enfrente y salga adelante, pero el mundo representado en Naciones Unidas, condenará esta semana, en su 77 periodo de sesiones este genocidio, por 30 votaciones consecutivas.

 

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