
Al celebrarse cada 1 de junio el Día Internacional de la Infancia, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en 1956, Cuba es uno de los pocos países del mundo que puede proclamar que con la Revolución triunfante desde enero de 1959 los derechos de niños y niñas están garantizados.
Este día está consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero, y la ONU acordó que cada país debería promover actividades que involucrasen de manera directa a los más pequeños de cada casa y, sobre todo, garantizarles sus derechos básicos.
En el mundo, unos 600 millones de niños viven en la pobreza y más de 27 mil menores de cinco años mueren cada día por causas evitables. Más de 250 millones de infantes desde cinco a 14 años trabajan agotadoras jornadas laborales y otros 130 millones no reciben siquiera educación elemental. Cada 24 horas, ocho mil 500 niños y adolescentes se contagian con el VIH-SIDA.
Aproximadamente seis millones padecen lesiones limitantes causadas por los conflictos bélicos o han fallecido como consecuencia de las guerras. Hay unos 300 mil niños menores de 18 años quienes en la actualidad sirven como combatientes alrededor del mundo, convirtiéndolos en casi el 10 por ciento de todos los combatientes globales. Ellos prestan servicios en el 40 por ciento de las fuerzas armadas, grupos opositores y organizaciones terroristas del mundo y luchan en casi el 75 por ciento de los conflictos mundiales.
Durante los últimos años, niños han prestado servicios como soldados en casi todos los continentes y medio millón más de niños prestan servicios en fuerzas armadas que al presente no están en guerra, según datos internacionales.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denuncia que la prostitución, la pornografía infantil, los llamados niños de la calle y el tráfico de órganos extraídos a muchachos menores de edad engañados o secuestrados y luego asesinados, rebasan con creces las peores experiencias.
En septiembre de 2000, durante la Cumbre del Milenio, los líderes mundiales establecieron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), seis de los cuales incumben de forma directa a la infancia, y los otros dos también contribuirían a mejorar las vidas de los niños y niñas.
En 2013, la UNICEF respondió a las necesidades humanitarias de millones de niños afectados por 289 situaciones de emergencia en 83 países. Esa acción humanitaria consiguió ese año, entre otros, los siguientes resultados: El tratamiento contra la desnutrición aguda grave de 2,4 millones de niños. El acceso a agua, higiene y saneamiento de calidad para 24,3 millones de niños. La vacunación de 35,9 millones de niños contra el sarampión. El acceso de 1,6 millones de mujeres embarazadas a servicios de prevención, atención y tratamiento al VIH-SIDA. El acceso a una mejor educación, tanto formal como informal, para 3,6 millones de niños. La reunificación de 13 mil 500 menores separados de sus padres o tutores con sus familias, cuidadores o comunidades. El acceso seguro de 2,5 millones de niños a espacios amigos de la Infancia para socializarse, jugar y aprender.
Solo en los primeros 18 meses del inicio del genocidio de Israel contra la población palestina en Gaza, los muertos rebasan los 54 mil y los niños asesinados por los bombardeos pasan de 15 mil, los heridos de 34 mil, y más de un millón de menores de edad han sido obligados a desplazarse repetidamente, por lo que sobreviven en condiciones terribles, con la carencia casi total de alimentos y servicios de salud, en una masacre que continua cada día con el apoyo de Estados Unidos y sus aliados europeos.
El objetivo del Día Internacional de la Infancia es recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y por tanto que más sufre las crisis y los problemas del mundo. Este día internacional recuerda que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que haya nacido.
Los derechos de la infancia se basan en cuatro principios fundamentales:
La no discriminación: todos los niños tienen los mismos derechos. Esto implica a todos los niños y todas las niñas, en todo caso, en todo momento y sin excepciones, sin importa su raza, religión, procedencia o las ideas de sus padres. Ningún niño debe recibir un trato injusto bajo ningún concepto.
Por el interés superior del niño, cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para los niños y niñas. Cuando los adultos tomen decisiones tienen que pensar en cómo éstas pueden afectar a los niños.
El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo. Todos los niños y niñas tienen derecho a vivir, desarrollarse y alcanzar su máximo potencial en la vida. Esto incluye tener derecho a una alimentación y alojamientos adecuados, al agua potable, la educación, la atención sanitaria, al juego y el descanso, a actividades culturales y a información sobre sus derechos.
La participación: Los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a que sus opiniones sean tomadas en cuenta. Esto no significa que los niños puedan mandar sobre sus padres ni decirles qué tienen que hacer. La participación debe ir aumentando conforme a la edad y es importante para que los niños y jóvenes alcancen la madurez.
En Cuba el Estado revolucionario garantiza el cumplimiento de esos derechos, pese a un genocida bloqueo de los gobiernos de Estados Unidos que se mantiene e incrementa durante más de 63 años y las presiones para impedirle comprar oxígeno en el mundo para las salas de terapia intensiva durante la pandemia mundial de la Covid-19, lo que obligó a tensar todas las fuerzas.
Un total de 440 escuelas especiales cubren todas las necesidades educacionales de los niños con discapacidades, instituciones con una matrícula superior a los 56 mil alumnos.
La Revolución ha creado un cuerpo legislativo dedicado a garantizar la supervivencia, desarrollo, protección y participación de la población más joven. Así, existen los Códigos de la Familia, del Trabajo y de la Niñez y la Juventud. También la ley de la maternidad, con extraordinarias ventajas para la madre.
En el 2002 la UNICEF reconoció a nivel global la experiencia cubana en la atención educativa en edades tempranas, a través del programa Educa a tu Hijo, y la de los Círculos Infantiles. Este proyecto cuenta en la Mayor de las Antillas con cerca de 25 mil promotores, más de 80 mil educadores y con el apoyo de varias instituciones sociales y gubernamentales.
Muy pocos países como Cuba que superan el 30 por ciento de atención en los primeros años de vida, atendiéndose en locales preparados por diferentes instituciones a partir del quinto y sexto año de vida. La cobertura médica de su población infantil entre cero y seis años asciende al 99,5 por ciento.
Existen en la Isla regiones rurales en las que no se han producido muertes de niños ni maternas en los últimos 20 años. El año 2024 la tasa de mortalidad infantil en Cuba culminó en 7.1 por cada mil nacidos vivos, cifra inferior al anterior periodo que refleja los esfuerzos del personal de salud por defender la vida de cada embarazada, puérpera e infante en el país
Esos indicadores no son casuales: cada infante cubano está protegido contra 13 dolencias, algunas de las cuales constituyen flagelos en muchos países de América Latina y África, por ejemplo: Poliomielitis, Tuberculosis, Difteria, Tétanos, Tos ferina, Sarampión, Hepatitis, entre otras.
Pese al bloqueo, recrudecido al máximo durante la pandemia y el primero y segundo mandatos del presidente estadounidense Donald Trump, Cuba sigue siendo un ejemplo para el mundo en el campo de la protección a la infancia.