Cae en una emboscada en Bolivia la columna de retaguardia del Che

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El grupo de retaguardia de la guerrilla del Comandante Ernesto Che Guevara fue emboscado el 31 de agosto de 1967 por la delación de un campesino, cuando cruzaban un vado en el Río Grande. Murieron en combate siete combatientes y dos fueron apresados y asesinados posteriormente. El grupo era comandado por Juan Vitalio Acuña (Vilo o Joaquín), muerto junto a los combatientes internacionalistas Gustavo Machín Hoed de Beche (Alejandro), Israel Reyes Zayas (Braulio), la argentino-alemana Haydee Tamara Bunke Bider (Tania la Guerrillera), Moisés Guevara Rodríguez (Moisés), Walter Arencibia Ayala (Walter) y Apolinar Aquino Quispe (Polo). Freddy Maymura Hurtado (Médico o Ernesto) y José Restituto Cabrera Flores (El Negro). fueron apresados y asesinados posteriormente. La emboscada fue conocida internacionalmente como realizada en Vado del Yeso, aunque en realidad el vado de ese nombre está sobre el río Masicurí y no sobre el río Grande. El escenario real de la emboscada fue el Vado de Puerto Mauricio, en el Río Grande, distante varios kilómetros de Vado del Yeso, sitio donde falsamente tuvieron que ubicar los hechos en el parte militar del Ejército porque el lugar verdadero estaba fuera de su zona de operaciones. La VIII División del Ejército boliviano realizó la masacre con guerrilleros limitados de movimiento por cruzar un río profundo en la jurisdicción de la IV División. La emboscada fue tendida por una fracción del Ejército boliviano compuesta por 41 hombres contra el grupo guerrillero de la retaguardia, integrantes de la Guerrilla de Ñancahuazú. Juan Vitalio Acuña (Joaquín) era el jefe de la columna de retaguardia y por sus méritos personales obtuvo en la guerra el grado de comandante del Ejército Rebelde en Cuba. Joaquín había llegado al campamento de Ñancahuazú el 27 de noviembre de 1966 y fue nombrado por el Che, con posterioridad, como Segundo Jefe Militar de la guerrilla y Jefe de la Columna de la Retaguardia. Para marzo de 1967, la Columna Central encabezada por el Che y la de Retaguardia terminaban una agotadora fase de entrenamiento que puso a prueba la resistencia y capacidad combativa de la guerrilla, y registró los primeros guerrilleros caídos en la cruzada de los fuertes ríos, los bolivianos Benjamín Coronado y Lorgio Vaca Marchetti. A ello se agregaría el arribo al campamento de algunos visitantes –Regis Debray, Ciro Bustos y Tamara Bunke, entre otros– y alguna que otra indisciplina, que tendrían consecuencias negativas posteriores. Desencadenados los combates, el francés Debray plantea su utilidad fuera de la zona guerrillera y le pide al Che autorización para salir, al igual que lo hace Ciro Bustos. El Che aprueba la salida de ambos y decide dejar la Columna de la Retaguardia por los alrededores e incorporarle a Gustavo Machín Hoed de Beche (Alejandro), quien formaba parte de la Columna del Centro, a Tania y Moisés Guevara, por razones de salud y al grupo de la “resaca”, formado por cuatro bolivianos dados de baja por ineficiencia y mala conducta hasta tanto pudieran retirarse sin el peligro de ser capturados y fusilados. Che anota en su diario el día 17 que ordenó a Joaquín "hacer una demostración en la zona, pero sin combatir frontalmente y esperarnos hasta el regreso", pero el 20 de abril se conoce del arresto de Debray y los otros, mientras la columna principal continúa su accionar con combates, algunos favorables y otros con sensibles pérdidas como el 10 de abril donde murió Jesús Suárez Gayol (Félix o el Rubio), y el 25 de dicho mes, donde cae en combate Eliseo Reyes (Rolando). El propio 25 el Che anota que se encuentran cercados, con salidas naturales bloqueadas y considera que: " la salida al Río Grande no es oportuna por la doble razón de ser natural y de alejarnos de Joaquín de quien no tenemos noticias". Mientras, Joaquín decide hacer una exploración en busca del Che y de alimentos. Para ambos grupos la falta de contacto se hace cruenta y muy peligrosa, y la búsqueda por ambas partes inicia un largo y difícil peregrinar. La columna del Che en ese peregrinar se enfrenta a combates, emboscadas y encuentros fortuitos, de los que resultan bajas valiosas como la de Carlos Coello (Tuma), el 26 de junio. Ante la falta de contactos están siempre en movimiento giratorio tratando de encontrarse con el grupo de la Retaguardia. En ese mismo mes, la Retaguardia prosigue su andar, pero siempre próximos a la zona acordada, es cuando caen el 2 de junio en una emboscada en Monte Dorado, entre Samaipata y Río Grande, el cubano Antonio Sánchez Díaz (Marcos) y el boliviano Casildo Condorí Vargas (Víctor), es un duro golpe. En el ínterin, huyen los tres bolivianos de la resaca dejando sus mochilas, son capturados y confiesan ser parte del grupo de Joaquín. En el interrogatorio aseguran que en ese grupo no está el Che, propiciando al enemigo la certeza de la división de la guerrilla y delatan la ubicación de las cuevas donde se guardan provisiones y otros sitios de valor en el Campamento Central y sus alrededores. En la búsqueda por encontrar al Che y en dirección norte como habían decidido, la columna de Joaquín llega a las tierras de Honorato Rojas, conocido desde la primera exploración del 10 de febrero y a quien el Che califica en su diario como un potencial enemigo. No obstante, el 29 de agosto duermen en las márgenes del río Grande con el propósito de llegarse a la casa de Honorato para averiguar por el otro grupo y obtener alimentos. En la casa de Honorato ya se encontraban dos soldados del ejército boliviano, esconden a uno de ellos, haciéndolo pasar por un peón enfermo, y le dicen a un hijo que avisara de la presencia de los guerrilleros al otro soldado que había ido al río, para que a su vez este lo comunicara al ejército. Al comienzo de la noche, como habían acordado, Joaquín, el médico y parte del grupo, llegan a la casa del campesino para averiguar si sabían algo de la presencia del ejército en la zona, recibiendo una respuesta negativa. Aprovechan para explicar a Honorato que buscaban un lugar seguro para acampar y tratar de encontrar al otro grupo, este les indica que vadeando el río encontrarían el lugar, ofreciéndose a acompañarlos al siguiente día. Alertados, en la madrugada del 31 de agosto, los soldados del Ejército boliviano se aproximan al vado acordado del río Masicurí, tienden la emboscada y orientan al traidor se ponga una camisa blanca para identificarlo. Cuando todos los guerrilleros están en el agua inician las descargas, van cayendo los combatientes, unos llevados por la corriente o zambullidos para tratar de salvarse en vano de la violencia del fuego que cae sobre ellos. Braulio fue el único que logró reaccionar y darse cuenta de la traición, descargando su ametralladora y causando la única baja que logran hacer. Los soldados se retiran con los cadáveres arrastrándolos por el río, los llevan a Vado del Yeso, con el objetivo de desvirtuar la ubicación por haber avanzado en zona de otra, en permanente disputa por los «méritos de guerra». Llegan luego al poblado de Masicurí donde tiran los cadáveres en un camión del ejército hasta Vallegrande, son identificados donde son enterrados en una fosa común en terrenos del Batallón de Ingenieros del Regimiento Pando. Confirmada la presencia de Tania y sin encontrar su cadáver se comienza su búsqueda ordenada por el propio presidente René Barrientos. Sus restos aparecen siete días después en Puerto Mauricio y es el único cuerpo que es sepultado en un féretro, convertida para siempre en “Tania la guerrillera”, quien desde 1964 actuó en Bolivia como agente secreta con un trabajo distinguido. El campesino traidor, Honorato Rojas, fue ajusticiado el 12 de julio de 1969 por un comando del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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