
Numerosos ataques terroristas perpetrados por lanchas piratas contra la Revolución Cubana procedentes de Estados Unidos se realizaron entre 1960 y 1973, y uno de ellos fue el realizado el 19 de agosto de 1963 contra la Planta Patricio Lumumba en la costa norte de Pinar del Río.
En esa fecha de 1963 dos lanchas de desembarco procedentes de un buque madre abrieron fuego de bazucas y ametralladoras contra la Fábrica de ácido sulfúrico Patricio Lumumba, en la costa norte de Pinar del Río, que había sido inaugurada el 29 de octubre de 1961 por el Comandante Ernesto Che Guevara, entonces ministro de Industrias.
Un tanque de almacenar ácido es averiado por el ataque, pero la agresión fue rechazada valientemente por los milicianos que protegían la planta.
Acciones como estos atentados partiendo de Estados Unidos y con la complicidad de los gobiernos de ese país se hicieron frecuentes en la primera y segunda décadas de la Revolución. Ese mismo mes de agosto de 1963 fue bombardeado el Central Bolivia y capturados barcos pesqueros cubanos, en el afán de sembrar el terror y ocasionar pérdidas materiales y humanas.
Entre 1962 y 1973, lanchas piratas provenientes de La Florida atacaron repetidamente a embarcaciones pesqueras cubanas, hundiéndolas a tiros y abandonando a sus tripulantes en balsas o islas desiertas. Hubo al menos 4 pescadores muertos, 6 heridos y 51 secuestrados durante estos ataques. Las acciones terroristas auspiciadas por Washington incluyeron también bombardeos a ingenios azucareros y ataques a buques mercantes.
Conocido como Operación Mangosta, el programa subversivo elaborado por la Agencia de Inteligencia estadounidense (CIA) contra Cuba después de su derrota militar, política y diplomática en Playa Girón en abril de 1961, incluía estos ataques de lanchas piratas junto a otros sabotajes y preparativos de atentados contra dirigentes de la Revolución, incluyendo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Aprobada como instrumento esencial y básico de la política hacia Cuba, la Operación Mangosta fue el más vasto programa emprendido por el Gobierno de Estados Unidos contra una nación extranjera en la década de los sesenta, y más de 5000 acciones de sabotaje a sectores económicos y actos terroristas se cometieron contra Cuba esos años. De ellas, entre 1959 y 1960, más de 50 bombardeos con explosivos y fósforo vivo contra centrales azucareros cubanos y áreas urbanas pobladas, por avionetas que salían y regresaban impunemente a territorio estadounidense.
El crimen más alevoso de aquellos primeros años, a manos de la CIA, fue la voladura del barco La Coubre en el puerto de La Habana en marzo de 1960, donde perdieron la vida 101 obreros cubanos, y algunos de nacionalidad francesa
Esa política de Terrorismo de Estado inició Washington poco después del 1 de enero de 1959, cuando abrió las puertas a la pandilla de criminales, torturadores y malversadores que salieron de Cuba y establecieron en Miami la cuna de la mafia terrorista anticubana.
Esa política incentivó el secuestro y piratería de aeronaves, que se convirtió en una nueva expresión de terrorismo en el mundo y a la vez en un arma política contra Cuba, porque los secuestradores fueron recibidos desde entonces como “refugiados políticos” en territorio norteamericano. Los archivos históricos recogen unos 60 secuestros de aeronaves o intentos a partir de aquellos años.
Pocos años después, aquel fenómeno fabricado por la CIA se volvió contra ellos, porque estimuló el desvío hacia Cuba de decenas de aviones civiles norteamericanos de pasajeros, acción que el Estado Cubano resolvió sancionando en unos años a 69 aeropiratas y devolviendo a 2 secuestradores en 1980 a Estados Unidos lo que detuvo en lo adelante aquella peligrosa práctica.
Unos tres mil cubanos muertos es el saldo de las acciones terroristas de Estados Unidos contra Cuba, blanco en la actualidad de una nueva fase de ataques mediáticos de Washington, cuyo gobierno llegó al colmo del cinismo al incluir a la Isla en su espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.