Antonio Maceo dio continuidad al diario mambí "El Cubano Libre”

Cubano Libre

El 3 de agosto de 1895 resurge el diario mambí El Cubano Libre, fundado por Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo tras el levantamiento del 10 de octubre de 1868, esta vez por iniciativa del Mayor General Antonio Maceo Grajales consciente de su importancia como instrumento ideológico en la lucha liberadora.
En carta a Mariano Corona Ferrer, director del periódico, el Titan de Bronce le señaló: “Bien, muy bien. Siga usted así. El Cubano Libre es un cuerpo de ejército compuesto de 12 columnas que se bate, se bate bien, diariamente, por la causa de Cuba. Los españoles darían algo por darle una carga. Mucho ojo y aprieten”.
El primer número de esta reedición de El Cubano Libre se imprimió en esa fecha en la llamada Cueva de Cayo Rey (denominada posteriormente Sao Corona), en las estribaciones de la Sierra de Nipe, cerca de la Hacienda de Birán donde nacieron Fidel y Raúl Castro Ruz. Estuvo dirigido por el patriota Mariano Corona Ferrer con la colaboración de José María Heredia, Federico Pérez Carbó, José Miró Argenter y el doctor Joaquín Castillo Duany, y durante los cerca de mil días de guerra fueron publicadas alrededor de 100 ediciones.
En esa etapa de La guerra Necesaria en 1895, las tropas del insigne jefe mambí controlaban una enorme extensión de la zona oriental de la Isla y allí libraron algunas de las más resonantes batallas de la contienda. Como era su costumbre Antonio Maceo, a pesar de sus múltiples e importantes responsabilidades militares, siempre prestó especial atención a la información revolucionaria al pueblo, lo cual reconoció el Apóstol José Martí cuando dijo que el Titán de Bronce tenía tanta fuerza en la mente como en el brazo.
Un hecho fortuito le permitió dotar al Ejército Libertador de un periódico cuando en junio de ese año se encontraba en la zona norte de la región oriental y ocupó una pesada imprenta. Aunque muchos de sus combatientes preferirían convertir en proyectiles las letras de plomo, Maceo ordenó trasladar el equipo a lomo de caballo hasta un campamento junto al río Barigua, a decenas de kilómetros de distancia donde se instaló la redacción mambisa.
Allí lo visitó Modesto A. Tirado, periodista puertorriqueño incorporado al Ejército Libertador, quien escribió luego: “Penetramos en el lugar donde se imprime El Cubano Libre y encontramos allí la imprenta completa. Desde el tipo más pequeño hasta la prensa de manos, todo en perfecto orden. Es admirable y digna de todo encomio la gran voluntad de estos hombres, encerrados en el corazón de un espeso bosque, con el componedor en la mano y al lado el rifle, dedicando todo su tiempo a la importante tarea de difundir por los ámbitos de la República y fuera de ella los triunfos de nuestro Ejército y los errores del enemigo, empecatado y cruel”.
El periódico funcionó durante toda la Guerra Necesaria desde diversos lugares, salía cada sábado y era repartido a los campamentos y prefecturas por enlaces o correos, e inclusive era enviado al exterior a las comunidades de patriotas, esencialmente en Estados Unidos.
Mariano Corona Ferrer, para quien El Cubano Libre fue su obra más preciada, a la cual dedicara gran parte de su vida, había nacido en Santiago de Cuba en 1870, y a sus 25 años de edad Maceo le encargó la dirección de este periódico, quizás porque era de los pocos combatientes que tenía alguna experiencia periodística, acumulada en el periódico El Triunfo a partir de 1888.
La historia de El Cubano Libre la cuenta el destacado periodista Juan Marero González en su libro Dos siglos del periodismo en Cuba, donde precisa que luego de la segunda etapa en 1895, con ese mismo nombre entró en su tercera etapa (1957-1958), esta vez por iniciativa del comandante Ernesto Che Guevara en la Sierra Maestra, durante la lucha guerrillera contra la dictadura batistiana y por la independencia y la liberación nacional.
Un año antes de su fallecimiento, Marrero investigó sobre esta tercera etapa de El Cubano Libre, y relata que “Che había solicitado al expedicionario del yate Granma René Rodríguez, quien se encontraba en el llano cumpliendo tareas encargadas por el mando rebelde, el envío de una máquina de escribir, un mimeógrafo, stencils, correctores de stencils y miles de hojas de papel. El pedido fue trasladado de La Habana a Bayamo y luego a Dolores, para finalmente llegar a El Hombrito, donde se encontraba el Che herido en una pierna. Al ver el mimeógrafo dijo que era para hacer el periódico que editaban los mambises, “El Cubano Libre que renacerá aquí, en la Sierra Maestra”.
El primer número se imprimió sin fecha y con este texto bajo el nombre del periódico: “De nuevo en la manigua redentora, Órgano del Ejército Revolucionario, Sierra Maestra. Nueva Era”. La razón de esta fundación la explica el propio Che en el artículo Un nombre glorioso, donde expresa: “Cuando nuestra Patria estaba en los albores de su existencia como nación independiente, surgió de la manigua la voz magnífica del periódico mambí. Su título era una profesión de fe en el futuro: El Cubano Libre”. Y agrega en ese texto: “Una vez más… desde la manigua redentora se oye la voz que llama a vencer o morir: El Cubano Libre”.

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