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Hace 49 años, fresco aun el olor a pólvora tras repeler la ofensiva sudafricana, de Zaire y las fuerzas contrarrevolucionarias para tomar Luanda e impedir la posesión del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), el 11 de septiembre de 1975 se proclamó la República Popular de Angola.
Ese día estaba previsto poner fin a la dominación colonial portuguesa, tras la retirada de las autoridades y las últimas tropas de ese país, sin mediar un traspaso formal del poder al triunfante MPLA, surgido en 1956 tras la fusión de varias organizaciones políticas que peleaban contra el colonialismo portugués.
En 1975, al producirse en Lisboa la Revolución de los Claveles y derrumbarse el imperio colonial portugués, el MPLA era el más importante de los tres movimientos independentistas angolanos y el 11 de noviembre su líder, António Agostinho Neto, se convirtió en el primer presidente de Angola.
En respuesta al pedido de ayuda a Cuba de Neto, el Comandante en Jefe Fidel Castro ordenó iniciar la Operación Carlota cuando las primeras fuerzas de asesores cubanos ya estaban en el país, y junto a las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA), detuvieron el avance enemigo por el norte en la Batalla de Quifangondo, muy cerca de Luanda, el 10 de noviembre de 1975.
Una columna blindada del contrarrevolucionario Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA), encabezado por Holden Roberto, un conocido agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), estaba cerca de Quifangondo y contaba con el apoyo de mercenarios, el ejército zairense y artillería sudafricana, pero fueron finalmente derrotados en una batalla donde jugó un papel decisivo la batería cubana de artillería reactiva BM21 recién llegada de Cuba en barco.
Las masivas descargas de las conocidas “katiuskas” cayeron en medio de las tropas concentradas para asestar el golpe final al asedio de la capital, causando pánico entre soldados y oficiales, destruyendo blindados, transportes y piezas de artillería. El enemigo huyó en desbandada, presa de pánico, dejando más de 300 muertos y el 80 por ciento de sus medios blindados
La guerra continuaría hasta 1991 contra tropas de Sudáfrica, Zaire, del FNLA y finalmente con las de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), de Jonas Savimbi, que, aunque derrotado en su aspiración por hacerse con el poder, mantuvo durante varios años su presencia en parte del sur y centro del territorio angoleño, apoyado inicialmente por Sudáfrica.
En 1976 la ONU reconoció al gobierno del MPLA como legítima representación de Angola. Sin embargo, continuaron los ataques sudafricanos desde Namibia, en apoyo a la UNITA, lo cual llevó a prolongar la guerra.
Durante estos años, Angola se convirtió en uno de los principales escenarios de la Guerra Fría donde se enfrentaron por una parte el MPLA (apoyado por por Cuba y la URSS) y por la otra el FNLA y la UNITA (respaldados por Sudáfrica, Estados Unidos, Gran Bretaña, y Zaire).
Agostinho Neto murió de cáncer, en Moscú en 1979. Lo sucedió el entonces ministro de Planificación, el ingeniero José Eduardo dos Santos.
En 1988, un Acuerdo Tripartito firmado en Nueva York (entre Angola, Sudáfrica y Cuba) puso fin al conflicto entre Luanda y Pretoria, se estableció la independencia de Namibia, y comenzó el retiro de las tropas sudafricanas y cubanas de Angola.
Entre el 5 de noviembre de 1975 y 1989, durante más de 13 años, alrededor de 300 mil cubanos participaron en misiones militares y otros 50 mil fueron colaboradores civiles, todos los cuales brindaron su aporte solidario en la epopeya de Angola. En esta gesta perdieron la vida 2 085 cubanos que cumplían misiones militares y otros 204 que realizaban tareas civiles. Sus restos fueron repatriados a Cuba y honrados por todo el pueblo el 7 de diciembre de 1989 durante la Operación Tributo.
Las autoridades angoleñas anunciaron en Lisboa, en 1990, la reanudación de conversaciones con la UNITA, con la idea de restablecer un alto al fuego definitivo en el país. Jonas Savimbi reconoció oficialmente ese año a José Eduardo dos Santos como jefe del Estado. Tras 16 años de guerra civil, el gobierno angoleño y la UNITA firmaron un acuerdo de paz, gestado por gestiones de varios países y la ONU.
Por su lado el MPLA, realizó cambios y, en mayo de 1991, mediante una ley de partidos políticos, puso fin al unipartidismo. Ese mes se prohibió que miembros activos de las Fuerzas Armadas, la policía o el Poder Judicial, participaran en partidos políticos, y se declaró una amnistía política general. Además, los últimos militares cubanos que quedaban como asesores se retiraron del país.
A finales de mayo de 1991, tras tortuosas negociaciones, se llegó a un acuerdo político que supuso el cese de las hostilidades internas en Angola y la celebración de elecciones en el otoño de 1992. Aunque participaron 18 partidos políticos, la pugna se centraba entre el MPLA y UNITA. El MPLA ganó la mayoría parlamentaria, así como las elecciones presidenciales, Sin embargo, a pesar de la opinión abrumadora de los observadores internacionales de que las elecciones habían sido libres y justas, Jonas Savimbi, Presidente de UNITA y aspirante a la presidencia del país se negó a aceptar el resultado y, alegando negligencia y fraude generalizado, reanudó la guerra.
En noviembre de 1994, con la mediación del Presidente sudafricano, Nelson Mandela, se firmaron los Acuerdos de Lusaka que no comenzaron a ponerse realmente en marcha hasta mediados del 2002, tras la muerte en combate con el ejército del presidente de la UNITA, Jonas Savimbi, el 22 de febrero de 2002. Estos acuerdos, pusieron fin a la guerra y acabaron en la celebración de unas nuevas elecciones, en septiembre de 2008, donde resultó reelecto Eduardo Dos Santos como presidente de Angola.
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