
El sabio alemán Alejandro de Humboldt es considerado el segundo descubridor de Cuba y, pese a que sólo estuvo aquí cuatro meses, sus investigaciones ampliaron los conocimientos sobre su geografía, flora, fauna, comunicaciones, topografía, clima, suelos, el cultivo de la caña y la fabricación de azúcar.
Este científico alemán hablaba fluidamente además en español, inglés y francés, nació en Berlín el 14 de septiembre de 1769 y cuando murió a los 89 años en Berlín, el 6 de mayo de 1859 --hace 166 años— había cumplido sus sueños juveniles de realizar grandes expediciones y estudiar la naturaleza en su totalidad para captarla y comprenderla. En vida fue reconocido como el Padre de la geografía moderna universal.
Su primera visita a Cuba fue el 19 de diciembre de 1800, con 31 años, y permaneció hasta el 15 de marzo de 1801. En abril de 1804 arribó de nuevo a la isla, en breve visita de un mes de duración. En nuestra isla recorrió La Habana y sus alrededores hasta Managua, Bejucal, Valle de Güines y Batabanó, así como el sur de Trinidad, en compañía del botánico y naturalista francés Aimé Bonpland. Se hospedó en casa del conde de O'Relly, y departió con Don Francisco de Arango y Parreño y el Doctor Tomás Romay Chacón.
Producto de sus viajes a Cuba, De Humboldt expuso una tesis sobre la formación de las Antillas y la constitución de la geología cubana, confeccionó un mapa con mediciones exactas de la latitud de varios puertos y ciudades, entre ellas La Habana, y al regresar a Europa registró por escrito el resultado de su vasta y fructífera producción científica.
En 1827 publica “Ensayo Político sobre la Isla de Cuba”, obra de extraordinaria importancia que da a conocer, por primera vez, la naturaleza y sociedad de Cuba a europeos y cubanos con el prestigio que ya disfrutaba por sus viajes científicos a Europa y América. José de la Luz y Caballero reconoció esta obra como fuente de inspiración para sus estudios filosóficos y pedagógicos, por lo cual confiere a De Humboldt el apelativo de “segundo descubridor de Cuba”.
Este filósofo materialista y naturalista alemán es uno de los fundadores de la geografía moderna. Entre sus numerosas obras destacan por su interés filosófico "Cuadros de la naturaleza" (1807) y "Cosmos" (1845-58). Sobre este último tema persiguió los elementos del cosmos, midiendo las temperaturas de diferentes medios naturales, la presión atmosférica, el magnetismo de la Tierra, la posición geográfica de numerosos lugares, y otros múltiples fenómenos.
Hijo de familia aristocrática, nació en Berlín, Alemania, desde pequeño se sintió atraído por la naturaleza, dedicándose a la colección de insectos y plantas, lo cual hizo que sus familiares lo calificasen de “pequeño botánico”. Cuando sólo contaba 10 años de edad, falleció su padre, pero con la ayuda de su madre recibió una formación esencialmente científica.
Realizó estudios en Fráncfort del Óder, Gotinga, Hamburgo y Freiberg (Sajonia). De 1792 a 1796 se desempeñó como maestro superior en Franconia del Norte, realizó trabajos sobre instalaciones técnicas en la minería, y viajó a Silesia, Austria, Italia, Suiza y Francia. Renunció al servicio público al fallecer su madre en 1796, y un año más tarde publicó su trabajo titulado Experimentos con la fibra muscular y nerviosa estimulada, además de Especulaciones acerca del proceso químico de la vida en la fauna y flora.
La herencia familiar le permitió poder hacer realidad su sueño de viajar por el mundo. En el curso de la preparación de una gran expedición, visitó Jena, Dresde, Viena, Salzburgo y París. En 1799 se hizo a la mar, en lo que fuera un largo viaje de cinco años por el continente americano. En el transcurso de la exploración del río Orinoco, comprobó su conexión con el sistema de drenaje amazónico, y logró coleccionar extractos de material botánico y especies biológicas. Al final de su vida llegó a acumular más de 60 mil plantas, incluidas miles de especies nunca antes descritas.
Estudió las corrientes oceánicas de la costa occidental de América del Sur, conocida en su honor como Corriente de Humboldt; investigó los volcanes americanos y registró sus erupciones; midió el descenso en la intensidad magnética, según iba de los polos hacia el Ecuador, así como el índice de la caída de temperatura con la altitud. Observó una intensa lluvia de meteoritos, y su informe promovió mayor interés por este fenómeno. Escribió acerca de las antigüedades indígenas e introdujo en Europa los poderes fertilizantes del guano peruano. Fue el primero que se percató de la factibilidad del Canal de Panamá, algo que no se haría realidad hasta después de transcurrido un siglo. En Ecuador, escaló el volcán Chimborazo de 6 310 metros de altitud, récord que sólo fue mejorado una generación después.
Con sus observaciones, investigaciones, exploraciones, estudios y experimentos, contribuyó al desarrollo de la geografía, geología, botánica, química, zoología, historia, meteorología, oceanografía, geofísica, anatomía, astronomía, mineralogía e idiomas. Fue miembro de sociedades científicas, y varios lugares geográficos han recibido su nombre. Entre 1794 y 1795 mantuvo amistad con sus compatriotas, J. W. Goethe y F. Schiller.
Falleció el 6 de mayo de 1859 en su propia casa natal de Berlín. Fue sepultado en el parque del palacio de Tegel, el 11 de mayo de 1859, luego de un acto oficial en la Catedral de Berlín y con el reconocimiento del mundo a su obra.