
La imagen recreada por pintores es la que más se conoce de Pedro (Perucho) Figueredo Cisneros cuando, con la pierna cruzada sobre la montura de su caballo dio a conocer al pueblo de Bayamo la letra de la marcha guerrera compuesta por él, luego que tropas mambisas tomaran esa villa.
Esa marcha fue escrita por el patriota bayamés el 14 de agosto de 1867, meses antes del alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes en el ingenio La Demajagua el 10 de octubre de 1968, interpretada por primera vez en la Iglesia Mayor como pieza religiosa y devenida luego en nuestro himno nacional.
Larga y rica fue la trayectoria revolucionaria de Perucho, como era generalmente conocido, hasta que cayó prisionero de los españoles el 12 de agosto de 1870, cuando se encontraba enfermo de fiebre tifoidea y recluido en una finca en Las Tunas. Así fue como pudieron capturarlo, llevado a Santiago de Cuba y fusilado cinco días más tarde el 17 de agosto, cuando tenía 52 años.
Poco más de un año antes, el 11 de abril de 1869, en la Asamblea de Guáimaro, Perucho fue designado subsecretario de la Guerra del Primer Gobierno de la República en Armas, con grado de Mayor General, y era el jefe de despacho del presidente Carlos Manuel de Céspedes.
El 18 de diciembre de 1869 renunció a la subsecretaría de la Guerra por estar en desacuerdo con la destitución del general en jefe, Mayor General Manuel de Quesada, y aunque Céspedes no aceptó su renuncia, se desentendió de sus obligaciones. A mediados del año siguiente Figueredo cayó enfermo.
La historia tiene dudas sobre su fecha de nacimiento, pues unos afirman fue el 18 de febrero de 1818 y otros que había nacido el 29 de julio de 1819, pero todos coinciden que fue en Bayamo. Allí el independentista cubano estudió, hasta 1834 en que fue enviado a estudiar al colegio habanero Carraguao.
Por sus dotes artísticas y literarias lo apodaban «El Gallito Bayamés», y en 1838 se graduó de bachiller en Filosofía en ese colegio. Más tarde viajó a Barcelona a estudiar Derecho y cursó clases de piano, hasta que en 1842 se graduó de abogado, trasladándose a Madrid con el objetivo de revalidar su título en la Universidad Central, al tiempo que recorrió varios países de Europa.
En 1844 solicitó a la Real Audiencia de Puerto Príncipe la incorporación de su título de abogado, mientras su padre, regidor, alcalde y mayor provincial, le otorgó poder general para que lo representara en todos los pleitos. Cuatro años después fue nombrado alcalde ordinario segundo de la ciudad de Bayamo.
En 1851 fundó, junto a Carlos Manuel de Céspedes, la Sociedad La Filarmónica, centro cultural bayamés que agrupaba a intelectuales de la región como Juan Clemente Zenea, José Fornaris, José Joaquín Palma y José María Izaguirre.
Al año siguiente, figuró por primera vez en un listado de sospechosos de infidelidad al gobierno español. En 1853, ante el peligro de ser deportado por infidencia se vio obligado a trasladarse a La Habana, donde se radicó en 1854, como abogado y representó a familias bayamesas con intereses en la capital.
En esos años escribió en varios periódicos y revistas artículos críticos al gobierno colonial español. En 1858 regresó a Bayamo con su familia y tres años después sufrió prisión domiciliar durante 14 meses por escribir al gobernador superior de la Isla, manifestándole la incompetencia del alcalde mayor de la ciudad Gerónimo Suárez Ronte.
Encerrado en su mansión, estudió táctica militar y escribió artículos sobre costumbres cubanas. Su casa se convirtió en centro de reunión de los bayameses y en 1867 se integró a la logia Redención, presidida por Francisco Vicente Aguilera.
La casa de Perucho fue el centro principal de la conspiración independentista en la región oriental. El 14 de agosto de 1867 se realizó allí una reunión secreta en la que se formó el Comité Revolucionario de Bayamo, el cual integró como vocal. Ese día escribió la letra de la marcha guerrera La bayamesa, que se convertiría en el Himno nacional de Cuba.
El 1 de septiembre de 1868 participó en la reunión de la hacienda Muñoz para la preparación de la guerra contra España. Integró también, en calidad de vocal, el Comité Revolucionario de Oriente. El 7 de octubre, el Capitán General de la Isla ordenó su detención, junto con Carlos Manuel de Céspedes.
Este imprevisto motivó que la fecha de alzamiento, acordada previamente para el día 14, se adelantara, y el 10 de octubre de 1868 se produjo en el ingenio La Demajagua, dando inicio a la guerra de independencia contra España.
Al recibir la inesperada noticia del alzamiento de Céspedes, Perucho organizó, junto con Maceo Osorio y Donato Mármol, a los conspiradores de Bayamo. El 12 de octubre, después de sucedido el revés de Yara por las fuerzas cubanas, y decidida la toma de la ciudad de Bayamo, recibió un mensaje de Céspedes en el cual le informaba que se dirigía con el general dominicano Luis Marcano rumbo a la zona de Barranca.
El 15 de octubre de 1868 se entrevistó con Céspedes en Barranca y junto al general Marcano organizaron la toma de Bayamo. Canducha Figueredo, su hija de 17 años de edad, fue designada como abanderada de la tropa. El 20 de octubre se derrotó la guarnición española de la ciudad y los rebeldes tomaron Bayamo. Perucho seguiría la lucha, con valor y fidelidad, hasta su muerte.