A 99 años de la muerte de Carlos Baliño, martiano y comunista fundador

Carlos Baliño

En Carlos Benigno Baliño y López, cuyos 99 años de muerte se conmemoraron este 18 de junio, se unen dos hechos precursores que marcaron la historia de Cuba: junto a José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano y junto a Julio Antonio Mella lo hizo con el Partido Comunista de Cuba.
Baliño fue el punto de unión de dos generaciones, la de José Martí y la de Julio Antonio Mella, fusionando en ambas las aspiraciones más puras del socialismo y la justicia social, con las ideas martianas sobre la independencia, la ética y el internacionalismo basado en que Patria es Humanidad.
Al decir de José Martí, “Carlos Baliño es un cubano que padece con alma hermosa por las penas de la humanidad y sólo podría pecar por la impaciencia de redimirlas” y Fidel Castro se refiere a él como “el enlace directo entre el Partido Revolucionario de José Martí, y el primer Partido Comunista de Cuba”.
“Bueno es amar a la Patria, pero mejor es amar a los hombres, bueno es amar a la Patria, pero mejor es amar a la libertad y la justicia”, escribió Baliño quien dedicó su vida, precisamente, a luchar por la libertad y la justicia en su Patria.
Baliño, como le conoce la historia, fue una de las mentes más lúcidas del pensamiento marxista cubano y es insuficientemente conocido pese a que unió dos generaciones en sus 78 años de vida, desde que nació en Guanajay, un 13 de febrero de 1848, hasta que murió en La Habana el 18 de junio de 1926.
Fue un ejemplo de luchador honesto y digno contra todas las formas de la esclavitud humana, contra las injusticias, su vida entera estuvo entregada a la lucha sincera por el bienestar colectivo, con honestidad meridiana, valentía personal y vida austera.
Cursó estudios de teneduría y arquitectura en su natal Guanajay, pero no los concluyó, y desde muy joven colaboró con artículos y poemas en las publicaciones El Fénix, El Alacrán y La Crítica de esa ciudad. En 1868 ingresó en la Academia de Pintura San Alejandro de La Habana, pero debido a la grave situación económica familiar que significó el encarcelamiento de su padre en la isla Fernando Poo de Guinea Ecuatorial por las autoridades coloniales, tuvo que abandonar sus estudios.
Después de fracasar en sus intentos por encontrar trabajo en La Habana en pequeños chinchales de fabricar tabacos, se trasladó a Estados Unidos a fines de 1868 o principios de 1869. Vivió en Cayo Hueso, Tampa, Nueva York y Nueva Orleáns.
En el período entre 1868 y 1869 desarrolló una amplia e importante actividad revolucionaria, al mismo tiempo que ganaba su sustento como obrero tabaquero. En Cayo Hueso fue vocal del Gremio de Escogedores, participó activamente en el movimiento obrero. En Tampa contribuyó a fundar Ibor City, fue cofundador, con Ramón Rivero, del primer gremio obrero, «Caballeros del Trabajo», y fundó dos logias. Retornó a Cayo Hueso, donde fue redactor del periódico La Tribuna del Pueblo, donde ejercía una labor de propaganda por la libertad de Cuba y de la clase obrera. Volvió de nuevo a Tampa, a fundar la logia Unión y Fraternidad.
Conoció a José Martí y en 1892, en Cayo Hueso, suscribe las bases y el acta de constitución del Partido Revolucionario Cubano, fundado por El Apóstol. Por esos meses, como parte de su constante trabajo en favor de la independencia, acompaña a Martí en una gira por la península de la Florida y tomó parte activa en los clubs Enrique Roig y 10 de abril, de Tampa, fundados en enero de 1893.
En diversas ciudades de Estados Unidos desarrolló una intensa labor de propaganda política, junto a Martí y a otras figuras de la emigración, algunas de cuyas participaciones fueron recogidas en el Periódico Patria, fundado por Martí y las que enriqueció con su experiencia de obrero tabaquero.
Tras finalizar la guerra contra España en 1898, por la intervención de Estados unidos en la guerra que ya estaba prácticamente ganada por los mambises, retornó Baliño a Cuba. En 1902 publicó artículos en la prensa contra los abusos económicos y se vio obligado a librar su sustento en pequeños chinchales de fabricar tabacos, pues no fue admitido en los grandes centros de producción. Por esta época continúa su actividad política, sobre todo en la organización del Partido Obrero (1904), transformado a instancias suyas en Partido Obrero Socialista.
En 1906 firma el acta de constitución del Partido Socialista de Cuba, surgido de la fundición del Partido Obrero Socialista con la Agrupación Socialista Internacional, creada también con su contribución. Colabora por esta época en El Socialista, órgano de la referida Agrupación. A partir de 1919 contribuye a reorganizar los pequeños grupos socialistas en agrupaciones comunistas.
En 1922 ocupó la dirección de la publicación Espartaco, el cargo de corrector de pruebas del Boletín del Torcedor y de la revista Juventud, dirigida por Julio Antonio Mella, a quien había conocido ese mismo año en la imprenta en que se editaban ambas publicaciones. En unión de Mella y de otros militantes fundó el Partido Comunista de Cuba en 1925.
Muere Baliño el 18 de junio de 1926 en La Habana, Cuba. Más que una nota necrológica, el Periódico “El boletín” en un artículo titulado “La caída del roble”, sentenció: "Los trabajadores de Cuba y especialmente los comunistas, han perdido a uno de sus mejores militantes". Y porque así fue, los comunistas y trabajadores cubanos siempre le rinden el merecido homenaje a su memoria.

Compartir:

Añadir nuevo comentario