
El 21 de abril de 1958 murió en Matanzas, el destacado revolucionario Enrique Hart Dávalos al fallar el mecanismo de una bomba que ponía como parte del plan de desestabilizar la tiranía batistiana, y junto a él caían sus compañeros de lucha Juan Alberto Morales Bayona y Carlos García.
Al momento de su muerte, a los 29 años, Enrique era el jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en la Ciudad de Matanzas, y antes lo había sido en La Habana, de donde tuvo que desplazarse a su ciudad natal ante el estrechamiento del cerco de las fuerzas represivas del gobierno.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz calificó a Enrique Hart Dávalos como uno de los hombres de acción más intrépidos y audaces del movimiento clandestino. En carta a Faustino Pérez desde la Sierra Maestra, dirigida a Armando Hart preso en la Isla de Pinos, Fidel le dice sobre Enrique: "Para colmar la copa, tu hermano, nuestro hermano; ese ser lleno de vitalidad llevaba siempre tensa la cuerda de la acción. En él no podía haber nada estático. Era como el agua fuerte para probar el Oro puro y desechar el falso."
Después del triunfo revolucionario, en un aniversario de la muerte de Enrique expresó Armando Hart: "murió luchando por desarrollar la insurrección popular con un odio profundo hacia el medio político social burgués, con un claro sentimiento antimperialista y con la idea muy firme de que ésta era la revolución de los trabajadores y los explotados".
Enrique nació en La Habana el 4 de julio de 1929. Realizó sus primeros estudios en la Ciudad de Matanzas y terminó el Bachillerato en el Instituto de Santiago de Cuba. Ingresó en la Universidad de la Habana para cursar estudios de Ciencias Comerciales. Fue empleado bancario y como trabajador formó parte siempre de la avanzada revolucionaria.
Era alegre, inquieto y feliz, una de sus características más peculiares era el dinamismo con que siempre enfrentaba las encomiendas que se le asignaban. Tenía un temperamento nervioso y al mismo tiempo sereno ante los peligros. Frente a cualquier situación, por difícil que fuera, se mostraba alegre. Era un revolucionario de audacia sin límites. Estas cualidades le permitían proyectarse como un compañero de una gran madurez.
El reaccionario golpe militar del 10 de marzo de 1952 ocasionó un cambio radical en su vida. A partir de entonces se incorporó en la lucha por el rescate de las libertades cercenadas y contra la camarilla de militares encabezada por Fulgencio Batista. Luego del Asalto al Cuartel Moncada participó en el rescate de un asaltante herido y pronto se le vio en las acciones del estudiantado revolucionario, en las huelgas y luchas de los trabajadores bancarios por sus reivindicaciones.
Se incorporó rápidamente en las tareas del Movimiento 26 de Julio en La Habana. Por la intensidad de sus luchas y la responsabilidad mostrada en el cumplimento de cada una de las tareas a él asignadas, ocupa de inmediato numerosos cargos de responsabilidad. Participó en la huelga bancaria de septiembre de 1955 y en diferentes acciones en el interior de la Habana hasta que es detenido en el pueblo de Jamaica. Enrique toma parte en la huelga de hambre que decretan entonces los presos políticos ante los desmanes que cometía el jefe militar de Isla de Pinos. Participó luego en la huelga del 9 de abril en la toma de la emisora de radio provincial de Matanzas, lanzando un llamado a la población a sumarse al paro.
En su corta vida de 29 años, Enrique Hart Dávalos, fue un ejemplo de joven revolucionario, cuya memoria honramos en este día.