Quince años se dice fácil, pero para la Contraloría General de la República cada uno de ellos ha sido de arduo trabajo, sacrificio, aprendizaje, abnegación y batalla continua por cumplir la misión encomendada como órgano del Estado de velar por la correcta y transparente administración de los fondos públicos y el control superior sobre la gestión administrativa.
Estos días quinceañeros han sido de alegría, felicitaciones, abrazos, reconocimientos, pero también de mucho compromiso, ante la compleja tarea de enfrentar las ilegalidades, combatir la corrupción y prevenir hechos delictivos con la implantación de un eficiente control interno en aras del desarrollo nacional.
Concluye una fructífera etapa, comienza otra en la más compleja coyuntura económica que haya vivido la Revolución en sus 65 años. Ambas con el mismo objetivo, pero esta requerirá de toda la capacidad creativa, iniciativas e innovación para realizar las acciones de control necesarias pese a la agudización extrema de las dificultades, a consecuencia de un bloqueo recrudecido y las prohibiciones impuestas a quienes quieren negociar con Cuba por estar incluida injustamente en una espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.
Estos días han sido de despedida y homenajes a la maestra fundadora, que supo hacer de la Contraloría en estos 15 años un respetado y eficiente órgano de supervisión y control: Gladys María Bejerano Portela. También de bienvenida y de positivos augurios para la nueva Contralora General, Miriam Marbán González, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular y quien fungía hasta ahora como Primera Vicecontralora General.
En las actividades del aniversario se evidenció el reconocimiento internacional a la Contraloría cubana de los órganos fiscalizadores superiores de la región y el mundo, y los trabajadores reunidos en el teatro del Museo de Bellas Artes recibieron con satisfacción la felicitación del miembro del Buró Político del Partido y Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, en nombre del Partido, el Gobierno y el Estado.
El hermoso entorno boscoso del Jardín Botánico Nacional sirvió de colofón a las festividades, en un sano ambiente de confraternidad de todos los integrantes del órgano en la capital. Por un rato no se habló de auditorias concurrentes, ni del próximo Control Nacional al Control Interno, ni de los nuevos programas informáticos o la necesaria formación de nuevos auditores.
Comienza una nueva etapa, continúa el combate por lograr la eficiencia económica y seguir contribuyendo a eliminar los males y trabas que obstaculizan el progreso del país. Los trabajadores de la Contraloría General de la República, las Contralorías Provinciales y de la Isla de la Juventud, junto al Sistema Nacional de Auditoria y los auditores de base, ¡están listos y en sus puestos de combate!.